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Abril de 2024
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Rescatan a nena que vivía encadenada en su casa

La víctima sufría brutales castigos de parte de su padrastro. Estaba malnutrida y abandonada en el fondo de la vivienda.

22/08/2014

“Mi hija tiene 11 años y sufre retraso madurativo. Mi marido la pegaba mucho porque no entendía que ella es enfermita; no sabe hacer las cosas sola; yo debía bañarla. La teníamos encerrada para que no se escape porque era un peligro suelta”.

Sentada en el patio, Miriam Figueroa, de 27 años, desgrana sus penas. Días atrás, la Dirección de la Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf) y personal del Gabinete de Atención a la Víctima de la Unidad Fiscal Banda descubrieron a su hija de 11 años en condiciones deplorables.

La mujer y su pareja, Rolando Gómez, de 43, residen en una humilde vivienda de calle Independencia prolongación, barrio Artemio Gramajo, en la zona baja de Beltrán, Robles.
“Tenemos tres hijos: Marilí, de 11, otra de 7 y un varoncito, de 5, hijo suyo”.

Relata la mujer: “Estoy con él hace siete años. Es de Huachana. En el barrio estamos hace siete años”, amplía.


Consultada sobre la presencia de asistentes sociales y policías, la mujer reveló: “Yo lo había denunciado hace casi un mes. Me pegaba mucho. A mi hija la tenía afuera”.

Enumeró: “Ella habla, pero su problema es en la cabecita. Él (Gómez) no se daba cuenta que ella es enfermita. O no le importaba. Qué sé yo”.

La redada policial no fue antojadiza. Estuvo precedida de un informe elaborado con los vecinos, quienes manifestaron que la niña era obligada a permanecer afuera de la casa. Hiciera frío o calor, su lugar era el patio. Alguien afirmó que hasta la tenían encadenada.

“La cadena estaba en la puerta”, aseguró la mujer.

Ahora, la Justicia de la Banda lo llevó detenido y abrió un proceso por “privación ilegítima de la libertad y abandono de persona”.

En tanto, la Dinaf rescató a la niña y la puso en órbitas de los funcionarios judiciales, quienes determinarán la conveniencia, o no, de que la menor retorne con su familia.

Hasta ahora, todos los investigadores serían partidarios de que la niña reciba alimentación y contención lejos de los suyos.