La sandalias de goma son uno de los tipos de calzados preferidos por chicos y grandes, pero abusar de ellas puede ser un riesgo.
Hace ya un par de años que se pusieron de moda en la Argentina, y en el mundo entero, las sandalias de goma, con agujeros, de todos los colores, los famosos “Sapitos”, un tipo de calzado hecho con caucho.
Se hicieron modelos para chicos, jóvenes, adultos, nadie le dijo que no a estas sandalias, y se convirtieron en una de las preferidas por todos. Pero abusar de ellas puede ser un verdadero peligro, por estos motivos.
“Por desgracia, no son adecuados para llevarlos puestos todo el día. Proporcionan un buen apoyo para el puente del pie, pero no asegura el talón de una forma apropiada”, explica Megan Leahy, podóloga del Instituto de Huesos y Articulaciones de Illinois, en Estados Unidos.
El problema es que si el talón no está bien sujeto apretamos mucho los dedos, lo cual puede causar tendinitis o problemas en las uñas, deformidades en los dedos, callos, y durezas.
La médica aclaró: “Las consecuencias pueden ser las mismas con cualquier chancla o zapato sin sujeción en el talón”.
Por su parte, el presidente de la Academia Estadounidense de Medicina Podológica Deportiva, Alex Kor, desarrolló: “Son el prototipo perfecto de calzado con puente flexible, entonces es más probable que duelan los pies al doblarse por el área del puente. Únicamente hay dos tipos de pacientes a los que les puede venir bien usar estos zuecos: a aquellos que tienen el puente muy marcado o a aquellos que sufran de edema en las piernas o en los tobillos”.
Lo ideal es que este tipo de calzado sea utilizado para ir a la playa, o en la pileta, pero no para hacer caminatas largas ni otras actividades.