Así lo reveló un informe de Unicef. Es más frecuente en varones y a partir de los 16 años. Además, el 80% dice que se sintió perturbado en la Web.
Cuatro de cada diez adolescentes argentinos acceden a encontrarse cara a cara con alguien a quien habían conocido primero por Internet. El dato surge de un informe de Unicef difundido ayer, y para el que se encuestaron a 1.106 chicos de entre 13 y 18 años de todo el país, en forma personal.
Según el estudio, durante el último año el 38 por ciento de los entrevistados pasaron de un contacto virtual a uno real. Tendencialmente, las mujeres dicen más que no a esos encuentros que los varones –se niegan en el 67 por ciento de los casos, mientras que ellos dicen “no” el 57 por ciento de las veces–. Los encuestados de 13 a 15 años dijeron que sí en un 36 por ciento de los casos, mientras que los adolescentes de 16 a 18 años accedieron más al encuentro: en el 41 por ciento de las ocasiones.
“Conocer a alguien que sólo tratás a través de Internet puede conllevar riesgos. Pero también puede abrir oportunidades”, sostiene María José Ravalli, a cargo de la Comunicación de Unicef, y agrega: “Muchos chicos conocen a través de la Web a otros chicos con los que comparten intereses como la música, las series televisivas o los libros, y después se ven y se hacen amigos. Incluso ese encuentro se organiza como una ‘juntada’ de varios”.
Eso sí: para encontrarse, los adolescentes prefieren lugares públicos y que sea de día. Algunos, incluso, van con otros amigos o hasta con sus padres. Así lo afirma el estudio dado a conocer ayer. Ese 38 por ciento que accede a encontrarse con alguno de sus ciber-contactos se parece al porcentaje de Brasil, donde la cifra alcanza el 40 por ciento.
“Internet es algo así como una puerta abierta. A veces no lo pensamos porque la computadora está en casa, parece que lo que hacemos en la Web forma parte de la intimidad. Pero los padres deben advertir a los chicos que ese mundo es como una puerta abierta y que se deben manejar como en la calle: con cierto cuidado, viendo con quién vincularse y con quién no, eligiendo cómo defenderse ante cada situación, aunque nada de eso implique que los chicos tengan que alejarse de ese universo”, describe la psicoanalista Diana Sahovaler, especializada en adolescentes y autora de El sujeto escondido en la realidad virtual.
Sin embargo, el estudio detectó que el 68 por ciento de los chicos aseguran que su familia conoce “entre más o menos y poco o nada” sobre sus actividades virtuales: la configuración de privacidad que los chicos hacen en sus perfiles de redes sociales suele ser ajenas a los padres. Y casi la mitad de los adolescentes –más aún los que tienen entre 13 y 15 años– ponen su información al alcance de todos, a cambio de todos los “Me gusta” que puedan cosechar: en esta época, la popularidad es virtual.
Los riesgos que pueda conllevar un contacto gestado en Internet no son el único mal trago al que pueden exponerse los chicos. El 78 por ciento de los adolescentes encuestados aseguraron que durante el último año padecieron alguna “experiencia negativa”: recibir mensajes hirientes es la más frecuente de esas experiencias, y bloquear al emisor suele ser la solución más usada.
Otra situación que perturba a muchos adolescentes es encontrarse con contenido que no era el que buscaban en la web: el 37 por ciento accedió a páginas pornográficas sin que fuera su intención, un 24 por ciento se quejó de imágenes violentas, el 20 por ciento presenció o padeció situaciones de bullying, y el 13 por ciento se encontró con material discriminatorio. Un 2 por ciento de los encuestados recayó en páginas con información sobre cómo suicidarse o autoflagelarse, y ese mismo porcentaje se cruzó con contenidos vinculados a la pedofilia o con hombres que se hacían pasar por chicos de su edad.
“Es importante transmitirles a los chicos la idea de que en el mundo virtual hay engaños y que si tienen dudas, pueden hablarlas con sus padres, decirles que se manejen como si esto fuera una salida al exterior, y no sólo una pantalla en casa”, sostiene Sahovaler.
En Argentina hay 13 millones de adolescentes. En la encuesta, el 51 por ciento aseguró estar conectado “todo el tiempo”. Hay que lograr, también en el campo virtual, el equilibrio entre dejarlos hacer su camino y preservarlos.