Por amplia mayoría, fue girado al Senado el proyecto presentado por el bloque Justicialista.
La Cámara de Diputados aprobó hoy por amplia mayoría y giró al Senado el proyecto que promueve desarrollo y fortalecimiento de la industria autopartista impulsado por el bloque Justicialista y que contó con los votos de la coalición oficialista Cambiemos como así también del Frente Renovador y del Frente para la Victoria .
En una sesión especial, convocada por el oficialismo, la
propuesta que prevé beneficios impositivos a las terminales
automotrices que incorporen a su producción autopartes de fabricación
nacional, fue sancionada con 197 votos positivos y 4 negativos que
correspondieron al bloque del Frente de Izquierda y los Trabajadores.
La ley otorga un reintegro a través de un bono electrónico de
crédito fiscal para el pago de impuestos nacionales, ingresos
brutos y tasas provinciales cuando la incorporación de autopartes
nacionales por parte de las terminales alcance un nivel mínimo de
integración local.
Las autopartistas que adhieran al programa deberán "mantener
la cantidad de personal", aunque se acordó la creación de una
comisión integrada por representantes del Poder Ejecutivo, de las
cámaras empresarias y de las organizaciones gremiales que deberán
evaluar alguna excepción.
Además, la iniciativa habilita el financiamiento de las
inversiones de los autopartistas mediante adelantos realizados por el
Estado.
Durante el debate, el peronista disidente y dirigente de SMATA
Oscar Romero, promotor de la ley, destacó la importancia de la
iniciativa al señalar que "si se cumple con el compromiso de
incorporar el 30 por ciento de productos fabricados en el país se
generarán 120 mil nuevos puestos de trabajo".
En su exposición, Romero recordó las trabas que Axel Kicillof
como ministro de Economía puso para la aprobación de esta norma e
ironizó que "no hace faltar vestirse de negro y usar patillas
largas para ser gorila".
Más tarde, Juliana Di Tullio, quien comandó el bloque del FPV
hasta el 10 de diciembre, respondió a los cuestionamientos de
Romero y responsabilizó al radical Mario Barletta por el fracaso del
tratamiento de la norma durante el período anterior.
Según la diputada, el legislador santafesino, durante su
gestión al frente de la comisión de Industria, impidió que la propuesta
sea debatida pese a que "tenía un amplísimo acuerdo
parlamentario" e incluso aseguró que desde el kirchnerismo había "una absoluta
decisión política para sancionarla".
Desde el massismo, Graciela Camaño sostuvo que "con esta ley venimos a decir también para dentro y para afuera que la Argentina tiene la idea de defender sus empresas" y resaltó que "no solamente ponemos en competencia a las autopartes para mercado interno sino también la ponemos en competencia para buscar el mercado externo".