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Bullying: “La mala intervención del docente potencia las situaciones de violencia”

El consultor psicológico Rodolfo Paz Venturini asegura que la intervención del adulto en casos de violencia es determinante. Lee el interesante informe sobre esta problemática.

25/08/2016

Siguiendo la línea del caso del niño de 7 años quien habría sido abusado sexualmente por su compañero en el baño de la escuela, Rodolfo Paz Venturini, consultor psicológico, asegura que “esto es un caso de bullying con un grado de violencia muy alto, donde han tenido muchas pautas e instancias para manejar esto, para evitarlo”.

“Lo que nos esta faltando como sociedad es empezar a concientizarnos sobre la problemática, comprometernos un poco más con el niño y acompañarlo en sus comportamientos, no sólo en la escuela sino también en el contexto que se mueve”, agrega Venturini.

“El niño que presenta signos violentos en otro lado es porque los trae desde su contexto primario, que sería su familia, su casa”, explica el consultor, contextualizando el caso que mencionaba al principio.

“Es muy importante asistir al niño que ha tenido este abuso, y a su familia; trabajar con el niño psicológicamente para ver el grado de violencia y si se lo puede revertir. Es muy triste que estas cosas ocurran y debemos tomar consciencia y empezar a comprometernos con responsabilidad”, expresó.

El rol del docente en casos de violencia en la escuela

Rodolfo Paz Veturini aseguró que “los docentes no están informados ni formados en una problemática de violencia como es el bullying y es importante que lo hagan porque en Santiago tenemos un color amarillo en esto”.

“El punto del acoso nace por las diferencias, la discriminación, la intención es generar intimidación. Pasar de la convivencia a abuso. El ambiente educativo es tierra fértil para esta situación y que mejor como adulto empezar a frenar, acomodar y formar a estos niños en contra de la violencia”, reflexionó.

El consultor, quien realizó trabajo de campo en el interior de la provincia sostiene que el bullying está presente en todos los sectores sociales, aunque en la capital “las autoridades no quieren reconocer esta problemática para no sentirse intimidado en la institución. Debemos aceptar que existe para poder empezar a trabajarlo. Si no aceptamos no hay manera de tomar medidas preventivas al respecto”.

La idea es trabajar desde la prevención y la capacitación del docente para que sepa como actuar y así pueda mostrarle a los niños y a los padres cómo desarrollarse en la vida social sin violencia.

“Sin darse cuenta, el docente es generador de bullying. Lo hace al marcar las diferencias, esto potencia el bullying”, declara el consultor, quien ejemplifica: para tener un punto de referencia en clase el docente usa a una alumna X como la “mejor alumna” por tener la tarea, no faltar a clases, etc. Entonces, al manifestar la perfección de uno, automáticamente se cree lo opuesto del otro, y este niño al carecer de herramientas lingüísticas necesarias para poder interpretar lo que quiere decir el adulto, su autoestima se ve afectada y necesita trabajar en complicidad para fortalecer esto y agredir automáticamente a su opuesto y esa frustración se traduce en violencia.

"Una mala intervención del adulto es determinante.Es importante que estos casos salgan a la luz y se pierda ese miedo a la hora de denunciar este tipo de violencia, porque una vez que se reconoce que existe el problema es más fácil empezar a trabajar sobre él", finalizó.