Carmen y Lautaro: la historia del amor de una madre a un hijo

Amor, odio, rencor, alegría y tristeza, cualquier sensación y sentimiento, se adecua a la historia de Carmen y Lautaro; una yegua y un potrillo que hoy luchan para salir adelante ante el abandono que sufrieron de sus “dueños”.

El martes por la noche, en el barrio 25 de Mayo de La Banda, cuando la noche caía, los gritos desesperados de vecinos al ver el sufrimiento del animal que intentaba mantenerse en pie, a pesar de que sus piernas temblaban notoriamente.

Entre tantos llamados, se logró localizar a un hombre de apellido Paz, quien colabora con los animales en este tipo de ocasiones.

Allí se dieron cuenta que la yegua estaba preñada y era el momento de dar a luz. Pero claro, sola ya no podía y había que actuar cuanto antes para salvar la vida de ella y su hijo.

Afortunadamente, después del dramatismo y la angustia, y la actuación de las organizaciones "Bichos Nuestros" y "Rescate Santiago", el potrillo nació con vida; ahí nomás lo bautizaron Lautaro, a quien le improvisaron una mamadera con una botella de plástico para ser alimentado.

A todo esto, Carmen, también recibió su nombre en ese instante, ya más relajada, tuvo un pequeño encuentro con su hijo para luego ser asistida. Su sufrimiento fue enorme, pero ese amor de madre, ese instinto le dio fuerzas para parir a su “bebé”.

¿Los dueños? Nunca aparecieron, solo unas personas que al ver la policía se marcharon sin decir adiós.

Hoy, tanto Carmen como Lautaro se encuentran en una finca de la zona sur de Capital, a donde también está Orteguita, el burrito rescatado tiempo atrás. Por ahora la yegua no puede amamantar al potrillo por su delicado estado de salud, mientras que la cría está tomando un sustituto lácteo.

Una historia que conmueve y que no siempre somos nosotros los protagonistas ¿Ejemplo? Depende de como lo tome usted.