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Un cordobés inventó una silla de ruedas eléctrica con una patineta

El producto es el más barato del mercado y además es plegable. Utilizó una “hoverboard” comercial. Costaría 25 mil pesos.

18/10/2016

Abel Bertini, de 46 años, fue vendedor toda su vida. En 2010 se fue con su familia a probar suerte a Estados Unidos, pero no le fue bien y regresó a Córdoba. “Decidí no seguir en el rubro de las ventas; me había cansado”, contó al diario La Voz.

Fue así como empezó a inventar. Su mayor éxito son las cabinas fotográficas. Vio que eran muy comunes en otros países, pero nadie las había desarrollado. Ahora son el éxito de las fiestas y los eventos.

También inventó un sistema de calefacción muy elegante para locales gastronómicos. Son unas pirámides transparentes con una llama en su interior, que se pueden ver en algunos restaurantes de la ciudad de Córdoba. “Ahora va a ser muy complicado vender esos productos por la apertura de las importaciones”, asegura.

Su nuevo invento es una silla de ruedas eléctrica. Lo novedoso es que para crearla reconstruyó una silla de ruedas común a la que le adaptó una patineta del tipo Smart Balance. Conocidas como hoverboard , se hicieron populares porque las comenzaron a usar celebridades del mundo. Está formada por dos ruedas como motores eléctricos que están unidas a dos plataformas para que las personas coloquen sus pies, con los que controlan la patineta.

Primero utilizó la patineta para crear un triciclo eléctrico. Después se dio cuenta de que podía hacer lo mismo con una silla de ruedas. Adaptó un sistema de palancas para controlar los motores eléctricos de la patineta, la cual está unida a la silla de ruedas por un sistema de soportes.

“La silla conserva la luz de LED y el Bluetooth que ya trae la patineta. Es desmontable y fácil de trasladar. Se puede armar o desarmar en un minuto y guardarse en el baúl de cualquier auto”, asegura Bertini. Esta característica es única entre los productos que se venden en Argentina.

Además, es mucho más económica que cualquier otro producto similar. Su precio rondaría los 25 mil pesos, 10 mil pesos más barata que la versión comercial más sencilla del mercado: los carritos eléctricos que ofrecen a sus clientes los grandes supermercados.

Bertini ya inició los trámites de la patente de su invento en el Instituto Nacional de la Propiedad Intelectual (Inpi). También se contactó con varias casas de ortopedia, que se mostraron interesadas en el producto.

Por el momento, la silla se maneja con dos palancas, una para cada rueda motorizada. “Estamos viendo de desarrollar un joystick como tienen algunos modelos comerciales”, asegura el inventor.

La silla soporta hasta 110 kilos y tiene una autonomía de 15 kilómetros. Se recarga como un celular, en tres horas. “La probamos y funciona bien en la veredas de Córdoba, lo cual ya es una garantía”, ironiza Bertini.