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Lo detienen 18 años después por asesinar a su esposa

Miguel Ángel López mató de un disparo a Myrian Elizabeth Torrejón Harros en 1998. En 2010, la Justicia lo sobreseyó.

26/10/2016

Un ex gendarme deberá enfrentar un juicio por segunda vez por haber matado a su esposa. Se trata del subalférez de Gendarmería Nacional Miguel Ángel López, quien le pegó un tiro en la cabeza a Myrian Elizabeth Torrejón Harros el 6 de julio de 1998. Por no haberse presentado ante la Justicia cuando lo notificaron, la Policía lo detuvo en Misiones.

El crimen de la mujer fue cometido en la casa donde vivía el matrimonio, en calle 25 de Mayo al 1.800. Según sostuvo siempre López, la pistola calibre 9 milímetros se accionó de forma accidental. El caso fue investigado primero por la fiscala Joaquina Vermal (ya fallecida), que acusó a López de homicidio culposo. Luego la reemplazó en el cargo Adriana Giannoni y, antes de que prescribiera la causa, encontró indicios para acusarlo de homicidio.

“Amaba a mi esposa. Éramos felices y estábamos más felices después de que había nacido mi hijo. Me hice responsable en todo”, declaró el gendarme durante el juicio que se desarrolló en septiembre de 2010. En el debate surgió una polémica: el arma con la que se cometió el hecho nunca pudo ser mostrada porque desapareció de la oficina de Secuestros Judiciales.

El tribunal que integraban Alfredo Barrionuevo, Alicia Freidenberg y Emilio Páez de la Torre resolvió que López era responsable del delito de homicidio culposo. Sin embargo, debido al tiempo que había transcurrido desde el hecho, declararon extinguida la acción penal por prescripción y lo sobreseyeron.

El fiscal de Cámara Manuel López Rougés (ya fallecido) había sostenido en su alegato: “esa arma no se puede disparar accidentalmente y así lo demostró el perito que realizó el informe balístico. Hubo una discusión por una presunta relación paralela que él estaba viviendo y López decidió matarla”, tras lo cual pidió la pena de prisión perpetua. Al conocer la sentencia, se presentó ante la Corte Suprema de Justicia para reclamar que se revierta el fallo. Cinco años más tarde, el máximo tribunal ordenó que se realizara un nuevo juicio.

“Una burla”

“El juicio de 2010 fue una burla”, dijo a LA GACETA Miguel Ángel Torrejón Harros, hermano de la víctima. “Las conté: los tres días que duró el juicio fueron siete horas en total. La sentencia era una burla, todos estábamos convencidos de que lo iban a condenar”, insistió.

Según explicó Torrejón Harros, la resolución de la Corte que ordenaba que se realice un nuevo juicio salió el año pasado, pero el debate se programó recién para este año porque el fiscal López Rougés acababa de fallecer. Finalmente se fijó fecha para la última semana de agosto. “Ese día nos presentamos en la Sala V pero la otra parte nunca apareció. En la Cámara nos explicaron después que el abogado (Gustavo Estofán) había renunciado a la defensa porque no conseguía contactarse con su cliente”, contó el hombre.

“El problema es que ya no presta servicios en Gendarmería y no lo podían ubicar. Nosotros pasamos la dirección de nuestro sobrino, que él se lo llevó a Misiones y nos hizo romper el vínculo; hace ocho años que no lo vemos”, contó el hermano de la víctima. Con esos datos, la Policía lo detuvo el lunes en esa provincia.

Torrejón Harros explicó que al principio, cuando recién falleció su hermana, no entendía qué había pasado. “Con él (López) tenía una relación cercana, éramos como hermanos, y cuando sucedió esto me sorprendió muchísimo. Pero después fui atando cabos y vi cómo sucedieron las cosas”, dijo. “Después nos enteramos de que ella era víctima de violencia de género; una amiga de mi hermana le contó a mi mamá que él le levantaba la mano. Esta chica después se desapareció y nunca más supimos nada de ella”, agregó el hombre, quien se presentará hoy en la Sala V para que le informen para cuándo se programará una nueva fecha de juicio.