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Revista

Las tostadas quemadas pueden provocar cáncer

El debate sigue pero ahora la agencia de normas alimentarias de Reino Unido se suma a la clave de que cuanto más negras, peor.

23/01/2017

Comer a diario tostadas demasiado "quemadas" es sinónimo de levantarse con el pie izquierdo, al menos, en materia de salud. Más allá de los gustos, este dilema sobre las tostadas y su relación con el cáncer tuvo un revival este lunes, cuando la Agencia de Estándares para la Alimentación de Reino Unido (FSA) advirtió sobre sus riesgos.

En un aviso oficial, aseguró que la acrilamida que se forma en alimentos con alto contenido en almidón, como las papas, el pan o las raíces vegetales, al cocinarlos a altas temperaturas, 120º, es potencialmente cancerígena.

Hidratos de carbono y aminoácidos reaccionan entre sí a altas temperaturas para formar un compuesto de color marrón, el tostado, que apasiona a muchos.

La advertencia de la FSA afecta a un clásico de la comida británica, los "fish and chips" -pescados, mariscos y papas fritas-, las tostadas del desayuno o el té, y la barbecu -asado del domingo- acompañado con papas y zanahorias igual de "tostadas".

"Las pruebas en el laboratorio mostraron que la acrilamida causa cáncer a los animales. Aunque las pruebas en estudios en humanos sobre el impacto de la acrilamida no son concluyentes, los científicos están de acuerdo que la acrilamida en la comida tiene el potencial de causar cáncer a los humanos y sería prudente reducir la exposición a ella", aseguró el aviso.

"Opten por el color dorado" al cocinar, en vez del negro tostado, recomendó la agencia británica y provocó reacciones en las redes que fueron del temor a la incredulidad, pasando por los chistes.

"Lo que más me gusta es comer una tostada quemada y las partes más carbonizadas de las papas asadas. Fue un placer conocerles. Valió la pena", escribió en Twitter el humorista Richard K. Herring.

La advertencia británica no es la primera. Suecia ya lo advirtió en 2002, y la Organización Mundial de la Salud y la Autoridad de Seguridad Alimentaria Europea afirman también que la acrilamida es potencialmente cancerígena.

Más allá de los alimentos, los expertos aluden a que fumar aumenta tres o cuatro veces más la cantidad de acrilamida, porque la sustancia está presente en el humo del tabaco.