A 30 kilómetros de la meta, Tom Dumoulin, sintió fuertes dolores estomacales y tuvo que bajarse de la bicicleta, quitarse el casco, la ropa y hacer sus necesidades.
Tom Dumoulin fue protagonista de uno de los sucesos más graciosos de la historia en el prestigioso Giro de Italia.
Líder de la clasificatoria general y a falta de 30 kilómetros para la meta se bajó de la bicicleta para hacer sus necesidades fisiológicas a orillas de la carretera.
Luego, sus declaraciones fueron igual de divertidas: “Es bastante sencillo de contar: necesitaba frenar y bajarme de la bici porque, con perdón, me cagaba”, dijo.
Y añadió: “Me encuentro mal, muy enfadado por el tiempo que cedí. Fue una complicación de la carrera, pero no pensé que influiría tanto en el resultado”.
El trámite estomacal le costó al holandés dos minutos en la clasificatoria, suficientes para perder la etapa y que peligre su maillot de líder general.