Tras meditarlo durante muchísimo tiempo, la modelo se animó a pasar por el estudio de un reconocido tatuador. Para coronar una etapa de pura felicidad, se tatuó un colorido y significativo diseño.
En este último tiempo, los tatuajes se convirtieron en una artística y más que válida manera de hacer catarsis. Ciertas situaciones de la vida, buenas y malas, dejan marcas en la piel. Nada mejor que representar lo que nos pasó con un diseño que, al verlo, nos recuerde lo fuertes que somos. En el pasado, los tatuajes eran signos de vagancia y rebeldía. Ahora, se convirtieron en piezas de arte que lucimos con orgullo.
Al igual que la mayoría de los individuos, Luli Fernández decidió representar la feliz etapa que está viviendo con un tatuaje. La modelo, además de haber logrado fundar su propia marca de carteras, disfruta de su participación en Pamela a la tarde. Además, está felizmente en pareja. Sin dudas, la vida la sonríe. ¿Qué mejor que ponerle el broche de oro a su presente con un tatuaje?
La modelo pasó por el estudio de American Tatoo y eligió un diseño más que particular. Se tatuó tres ramas de lavandas en color lila y la palabra "Roar". Feliz por el resultado del tatuaje, lo mostró a través de sus redes sociales. "Mis lavandas hechas por Jorge están casi cicatrizadas", contó.
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