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El justicialismo santiagueño homenajeó a Eva Perón

El vicegobernador Neder participó en la misa conmemorativa este miércoles en la parroquia San Roque de la ciudad capital.

26/07/2017

El peronismo santiagueño y el movimiento obrero organizado conmemoraron el 65° aniversario de la desaparición física de María Eva Duarte de Perón, Evita, a través de una Misa conmemorativa que se llevó a cabo este miércoles por la tarde en la parroquia San Roque de la ciudad Capital.

El vicegobernador y presidente del Partido Justicialista Distrito Santiago del Estero, José Emilio Neder; el senador nacional y titular de la Junta Capital del PJ, Gerardo Montenegro; el secretario general de la CGT Regional Santiago del Estero, José Gómez; los ministros de Gobierno, Dr. Carlos Silva Neder; y de Salud, Dr. Luis Martínez; el secretario Parlamentario, Dr. Bernardo José Herrera; y la secretaria de Trabajo, Aída Ruiz; entre otros funcionarios y legisladores, participaron del oficio religioso oficiado por el Presbítero Marcelo Trejo.

Además participaron los secretarios generales y representantes de distintos gremios que componen la CGT santiagueña, como así también dirigentes de las agrupaciones circuitales y militantes del Partido Justicialista.

Al finalizar la ceremonia religiosa el vicegobernador Neder recordó a Eva Perón como “una figura muy significativa para los peronistas y para todos los argentinos, por su denodada lucha en pos de la justicia social. Evita ha trascendido y sigue vigente porque es uno de los símbolos más contundentes de la lucha por la igualdad de derechos y oportunidades”, remarcó.

Semblanza

María Eva Duarte de Perón (Los Toldos, 1​7 de mayo de 1919, Buenos Aires, 26 de julio de 1952), más conocida como Evita, se casó con Juan Domingo Perón en 1945 y tras la asunción de este como presidente de la Nación Argentina el año siguiente, se convirtió en primera dama. Fue presidenta del Partido Peronista Femenino, presidenta de la Fundación Eva Perón y declarada oficialmente "Jefa Espiritual de la Nación" en 1952.

De orígenes humildes, migró a la ciudad de Buenos Aires a los quince años donde se dedicó a la actuación, alcanzando renombre en el teatro, el radioteatro y el cine. En 1943 fue una de las fundadoras de la Asociación Radial Argentina (ARA), siendo elegida presidenta.3

En 1944 conoció a Perón, entonces secretario de Estado del gobierno de facto, en un acto de recaudación de fondos para las víctimas del terremoto de San Juan. Ya casada con Perón, participó activamente en la campaña electoral de su marido en 1946, siendo la primera mujer argentina en hacerlo.

Impulsó y logró la sanción en 1947 de la ley de sufragio femenino. Tras lograr la igualdad política entre los hombres y las mujeres, buscó luego la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida con el artículo 39 de la Constitución de 1949. En 1949 fundó el Partido Peronista Femenino, el que presidió hasta su muerte.

Desarrolló una amplia acción social a través de la Fundación Eva Perón, dirigida a los grupos más carenciados. La Fundación construyó hospitales, asilos, escuelas, impulsó el turismo social creando colonias de vacaciones, difundió el deporte entre los niños mediante campeonatos que abarcaron a toda la población, otorgó becas para estudiantes, ayudas para la vivienda y promocionó a la mujer en diversas facetas.

Adoptó una posición activa en las luchas por los derechos sociales y laborales y se constituyó en vínculo directo entre Perón y los sindicatos. En 1951, para las primeras elecciones presidenciales con sufragio universal, el movimiento obrero propuso a Evita, como la llamaba la población, como candidata a vicepresidenta, sin embargo ella renunció a la candidatura el 31 de agosto, conocido como el Día del Renunciamiento, presionada por las luchas internas en el peronismo y la sociedad ante la eventualidad de que una mujer apoyada por el sindicalismo pudiera llegar a vicepresidenta.


Debido a un fulminante cáncer de útero, falleció el 26 de julio de 1952, a la edad de 33 años. Recibió honores oficiales siendo velada en el Congreso de la Nación y en la central sindical (CGT), con un reconocimiento multitudinario sin antecedentes en el país. Su cuerpo fue embalsamado y ubicado en la CGT. La dictadura cívico-militar autodenominada Revolución Libertadora secuestró y profanó su cadáver en 1955, ocultándolo durante dieciséis años.

Escribió dos libros, La razón de mi vida en 1951 y Mi mensaje en 1952; y recibió numerosos honores, entre ellos el título de Jefa Espiritual de la Nación, la gran Orden de Isabel la Católica en España de manos del generalísimo Francisco Franco, la distinción de Mujer del Bicentenario, la Gran Cruz de Honor de la Cruz Roja Argentina, la Distinción del Reconocimiento de Primera Categoría de la CGT, la Gran Medalla a la Lealtad Peronista en Grado Extraordinario y el Collar de la Orden del Libertador General San Martín, la máxima distinción argentina.

Se han producido además numerosas películas, musicales, obras teatrales, novelas y composiciones musicales sobre Eva Duarte de Perón.