Desde hace días una playa al norte de Francia recibe esta desagradable visita. ¿qué son?
Las primeras "espumas" amarillas llegaban con la marea de hace casi una semana, el viernes 17 de julio, ante el desconcierto de vecinos y turistas en la costa de Ópalo, al norte de Francia. A día de hoy, y pese a las labores de limpieza, cubren 50 kilómetros de playa, y cada día trae nuevas esponjas.
Las autoridades descartan que supongan un riesgo para la salud pública y mantienen las playas abiertas, pero piden prudencia y aconsejan no tocarlos.
Su tacto es grasiento y quebradizo, por lo que las partículas se esparcen fácilmente con el viento. El problema radica en que lejos de ser restos marinos, esta espuma responde a la contaminación que sufren los mares. La Asociación Sea-Mer que lucha contra la contaminación de las playas, fue la primera en dar la voz de alarma, y los expertos descartaron ya en los primeros momentos que fueran esponjas orgánicas o poliuretano.
Los análisis realizados por la asociación Cedre en Brest, especializada en analizar contaminación por hidrocarburos, revelan, según ha publicado BBC Mundo, que la sustancia está compuesta de parafina e hidrocarbuno y que se obtiene de la destilación del petróleo con multitud de aplicaciones como hacer velas o uso farmacéutico.
Con todo, algunos expertos, podrían necesitarse 100 años para que estas falsas esponjas puedan biodegradarse.