El Gobierno chavista acordó con el de Cristina Kirchner la importación de 180 millones de dólares en productos.
El acuerdo fue activado durante una reunión que mantuvieron en Caracas el ministro de Planificación Federal de Argentina, Julio De Vido, y su similar de Energía venezolano, Rafael Ramírez Carreño, quien ratificó además "el interés de PDVSA en asociarse a YPF en el desarrollo de hidrocarburos (no convencionales en el yacimiento) Vaca Muerta y en el sector de petroquímica".
Voceros del gobierno de Cristina Kirchner detallaron que entre los productos alimenticios que empresas argentinas venderán al Estado venezolano figuran aceites vegetales, pollo, carne vacuna y arroz.
Durante el encuentro, los ministros revisaron los contratos vigentes para la compra argentina de gasoil y fueloil venezolanos, productos que resultan la contraparte en el intercambio compensado.
A la escasez y desabastecimiento que aquejan a los venezolanos desde hace varios años, se suma ahora la incógnita sobre quién tomará las medidas económicas necesarias, como un ajuste en la tasa de cambio y la liberalización en los controles de precios de productos, ante la ausencia prolongada del presidente Hugo Chávez.
Analistas atribuyen la escasez al fracaso de un modelo económico basado en férreos controles de divisas y de precios, así como a una reducción del aparato productivo privado tras años de expropiaciones y nacionalizaciones.
No se trata ni siquiera de largas filas de compradores o de que falte un producto en todo el país: es que en la mayoría de los casos, cuando se consigue azúcar, no hay harina; si hay harina, falta el pollo. Los consumidores han aprendido que deben ir a varios supermercados y además tener "una red" de amistades que avisan dónde se puede conseguir el producto deseado. Una vez que alguien consigue, por ejemplo, huevos entonces se corre la voz y se compra. Una rutina desde hace varios años, que tiene altos y bajos.