Santiago del Estero, Viernes 29
Marzo de 2024
X
Espectaculos

Eugenia Tobal: "Lo más lindo es encontrar a alguien que comparta tu vida"

La actriz, que debuta como directora con El Show de Gaturro y Agatha de la mano de su productora se confesó.

01/04/2015

Eugenia Tobal (39) se ríe con ganas, está entusiasmada y se le nota (mucho). Oscila inquieta entre los proyectos que desafían su zona de confort y su necesidad imperiosa de girar sobre sus hombros para volver para atrás, ver el camino transitado y aprender tanto de los aciertos como de los errores. “Es fundamental regresar a las raíces”, le dice a Ciudad.com con la seguridad de quien ha realizado un largo trabajo de introspección para conocer lo que le hace bien… y lo que no.

La cita se da inmediatamente después de un ensayo de la obra infantil El Show de Gaturro y Agatha (que se estrena el 18 de abril en Río Cuarto, Córdoba), con la que debuta como directora y que produce su agencia Son de Oeste, un espacio que mucho tiene que ver con esas raíces que la actriz tanto valora: “Tanto mi socia (su amiga Loli Miraglia) como yo somos del Oeste y este espacio es un volver a las raíces, a conectarse con el deseo de generar y de crecer. Le ponemos mucha garra y vamos para adelante, contra viento y marea”.

- ¿Cómo surgió el proyecto de la obra El Show de Gaturro y Agatha?

- Te diría que prácticamente nació con la productora. Es nuestra primera experiencia grande, que somos nuevas en esto y veníamos haciendo cosas muy chicas, avanzando pasito a pasito. Gaturro es nuestro gran desafío. Es una marca registrada, los chicos lo aman y es un personaje adorable. Lo estamos haciendo a pulmón: le ponemos el cuerpo y hacemos todo. Somos desde secretarias y cadetes, hasta empresarias.-

- ¿Siempre tuviste ganas de dirigir?

- Originalmente no estaba previsto que la dirigiera ni que me pusiera al mando de la obra, pero se fue dando de manera natural. Más que por llevar a mis sobrinos a ver una pieza infantil, ¡no conocía nada! Por eso me rodeo de gente que entiende este mundo. Siendo actriz, me aparece en el cuerpo esto de dirigir. Me gusta mucho ofrecerle al que está en el escenario la posibilidad de que tome o no mi visión. No lo tenía previsto o estipulado. Me empezó a pasar ahora y creo que tiene que ver con que le pongo tanto el cuerpo al proyecto.

- Sos una actriz exitosa y de las más convocadas de tu generación, ¿por qué tenés esta necesidad de generar tus propios emprendimientos?

- En realidad, siempre fui muy inquieta. Arranqué el camino en la actuación buscando, nunca me llegó nada fácil. Tengo la cuestión del trabajo muy instalada en mi familia. Entonces, esto más que un desafío es un espacio para generar y autogestionar proyectos que me den una tranquilidad a futuro en esta profesión tan vertiginosa. Es poder reposar en el emprendimiento y decir “ok, puedo estar sin la necesidad de estar al lado del teléfono esperando a que me llamen para una ficción”. No puedo quedarme con ese temor o sólo esperando a que me llamen porque tengo que trabajar. Me mantengo sola. Quedarme quieta significa imposibilidad y lo mío es el movimiento.

- ¿Por qué la productora se dio en este momento de tu carrera?

- Lo que pasa es que después entrás por tu edad en una etapa en la que ya sos muy grande para hacer de joven y muy joven para hacer de grande. Somos muchas y los espacios son pocos. Por eso, pensando en el futuro, creo que está bueno tener algo propio, dentro del circuito artístico que es lo que me gusta. Así, no voy a tener que hacer cosas que no me gustan y también me satisface pensar que no sólo me genero trabajo sino que les doy la posibilidad a otros artistas.

- En este contexto te fuiste de Noche & Día, ¿tomaste la decisión para dedicarte más a tu productora?

- No, hubo cambios de público conocimiento en la tira porque Romi (Romina Gaetani, que abandonó la ficción por sufrir ataques de pánico) se tuvo que ir. Las tiras sufren modificaciones cuando hay cambios tan significativos y los personajes también. Lamentablemente, mi personaje sufrió modificaciones dentro de la historia y nos parecía, tanto a mí como a la productora Pol-ka, que lo mejor era que yo diera un paso al costado. No tenía mucho sentido estar boyando en una trama que estaba modificada. Obviamente, no me fui porque tengo otras cosas, yo entré a trabajar y amo actuar. Estas cosas suceden y está todo bien. A veces es mejor poder dar un paso al costado y que todo pueda seguir fluyendo naturalmente sin situaciones raras o personajes que estorben en la historia. Además, es mantener la coherencia del personaje porque a la gente le gusta creer en lo que uno le vende. Lo lamentamos todos mucho pero está todo re bien y está bueno poder tener ese diálogo con la productora. Para mí es una casa, hace 18 años que trabajo ahí. Hay mucha confianza y tranquilidad para hablarlo. ¡Ya vendrá otra historia!

- Conducís Pura Química, sos actriz, debutás como directora y producís: ¿cuándo queda tiempo para Eugenia y su vida personal?

- Me hago el tiempo y cuando uno hace las cosas que le gustan, el tiempo está súper bien aprovechado. El tema es cuando estás a disgusto en un lugar y no te gusta ir a trabajar, ahí se complica. En la productora la idea es rodearse de gente talentosa y copada, ese es el lema de Son de Oeste. Ir con la buena onda para adelante.

- Se te escucha con los pies sobre la tierra, ¿alguna vez te pasó de perder el eje por ser famosa?

- ¿Si volé? Por suerte, no. Por mi personalidad no hubiera podido ocurrirme. Primero, que nunca me pasó nada ‘wooow’, lo mío siempre fue un laburo de hormiguita. No es que arranqué de chiquita y me sorprendió todo esto. Me tocó todo de grande, antes de trabajar como actriz laburé de un montón de cosas: desde los 16 que hago trabajitos para no tener que pedirles un mango a mis viejos porque en mi casa nunca sobró ni faltó nada, pero no tirábamos manteca al techo. Cuando arranqué con todo esto, tuve una advertencia bastante amenazante de mis hermanos, que me dijeron ‘mirá que si te hacés la loca, va patada en el culo’ (risas).

- ¿Nunca fue necesaria esa charla con los hermanos entonces?

- ¡Nooo! Y cuando empezó a estar cada vez mejor mi situación laboral, que fue algo que me costó mucho, valoré cada paso que había dado para llegar ahí. También cuando podés mirar para atrás o al costado y ves cómo laburan los que te rodean, que se rompen el lomo laburando, lográs volver al Oeste y te ayuda a mantener los pies sobre la tierra. Cuando tenés los pies en el aire, te caés.

- Hace poco en una entrevista dijiste cuando hablabas del amor “Si uno no se pierde a uno mismo, el otro lo encuentra”. ¿Hay que estar bien para poder encontrar el amor?

- Sí, definitivamente. Me ha pasado de perderme en el otro y no, no es por ahí. Nunca más hay que abandonarse, uno no se tiene que abandonar por el otro. Nadie más que uno sabe cómo hacer para sobrevivir. Nadie “te salva”. ¿Viste que se dice “me salvaste la vida”? No: el único que puede salvarte la vida sos vos. Hay que primero estar bien con uno y después con el otro. No es egoísmo, sino todo lo contrario, ahí está la generosidad del vínculo, de la relación. Si yo te doy todo y me quedo sin nada, después estoy vacía. Si te perdés en el otro, te perdiste vos. Hay que sanar adentro de uno y conocerse. Aunque parezca filosofía barata, lo digo porque lo he comprobado. Yo cumplo 40 este año y en estos últimos años he tratado de leer y de investigar un poco. No soy practicante de ninguna religión pero encontré un lugar más espiritual y busco otras alternativas.

- ¿Esa introspección ha dado sus frutos?

- Sí, me di cuenta de qué es lo importante: no hay nada más complicado, pero nada más rendidor, que ir para adentro. Es complicadísimo pero cuando empezás a escarbar para sacar lo feo y que quede sólo lo lindo, después todo se refleja en el afuera. Como cuando me dicen ‘se te ve mejor’ y sí pero porque yo estoy mejor por dentro.

- Es cierto que se te ve espléndida, ¿eso significa que ya estás lista para el amor?

- Sí, nunca dejé de pensar que eso pudiese pasarme, ¡ni a patadas! Pero tampoco es la búsqueda por la búsqueda. En realidad, hoy lo más lindo es poder encontrar a alguien que comparta tu vida, que la acompañe, no que la digite ni esto de volver a perderse en el otro. ¡No! Es un camino para ir a la par. A lo mejor una chica de 20 años no te dice esto, pero después de los 40 empezás a manejar otros tiempos y necesidades. Quiero un compañero, alguien que camine conmigo de la mano, no quiero alguien que vaya adelante ni alguien que vaya atrás mío. Quiero un hombre que venga al lado mío.

- Has contado que siempre está en mente la maternidad, ¿pensaste en adoptar?

- Mmm… sí y no. No por ahora. La maternidad está, se va a dar, sin ningún lugar a dudas. Ese deseo es un deseo de amor puro que yo lo tengo. Entonces, va a estar seguro.

- ¿Tenés miedo de la crisis de los 40?

- No, para nada. Me pasó más ahora a los 39 porque prefiero que sea un número más redondo como los 40. ¿Qué crisis? Uno no se tiene que poner a pensar en una crisis por cumplir años. En realidad hay que disfrutarlos más y no perder tiempo en cosas inútiles. Por ejemplo, con estos nuevos proyectos aprendo todos los días cosas nuevas y me doy cuenta de que uno es un abanico de posibilidades. Yo siento que soy capaz de mucho si lo intento… sólo hay que animarse a hacerlo.