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Espectaculos

Natalia Franzoni, la movilera sexy de Desayuno Americano

Una chica orquesta: lomazo, carisma y una dosis justa de histrionismo, que pone en juego en cada emisión.

05/03/2015

Se vive riendo, desenfadada y espontánea. Además, tiene un cuerpazo. Y no teme lucirlo. Desde la primavera pasada, Natalia Franzoni (29) se abre camino en los medios como la movilera todo terreno de Desayuno Americano, pero este verano explotó con sus curvas y su sonrisa.

Convocada por Ciudad.com, se animó a una producción "bien refrescante" y habló de todo: su relación con Pamela David, su marido -el exfutbolista y actual periodista- Mariano Juan (38), su hijo Gonzalo (5), su programa Glam & Music de CM, los secretos de su lomazo y su actitud ¡súper positiva! de vida.

Natural y desenvuelta, Natalia jugó durante el shooting, puso música y bailó en la pileta mientras la cámara captaban su belleza. "Siempre trabajé de modelo, vivo posando, me encanta. Me divierte muchísimo. Me meto en el personaje y separo. Lo importante es el cómo y la personalidad, que sea algo fresco, natural", revelò Natalia tras las fotos.

-Siempre tenés esta actitud tan up, ¿cómo hacés?

-¡No queda otra que ser positiva! No me gusta la gente que habla mal de los otros. El mensaje que uno manda ayuda al otro, por eso siempre estoy tirando frases y cosas lindas. Si bien hablo un montón, soy muy perceptiva. Lo mío va por la energía positiva porque así logré todo, no falla. La realidad es que yo elijo siempre pasarla bien. Me pasan todas cosas buenas, ¡te juro por Dios! Vivo feliz, tengo gente linda que me rodea, mi familia, mi gente. Cuando me encuentro quejándome analizo y digo "¿de qué me quejo? ¡Son pavadas!". Lo soluciono y sigo. Creo mucho en la ley de atracción, incluso desde antes de saber que existía. Después, sí, me compré todos los libros y me los leí todos también. Mirá, te cuento algo, por ejemplo a mi marido lo soñé, a mi familia la soñé. Se me pone la piel de gallina cuando lo digo, pero es así. Cuando lo entendés, no das lugar a lo malo, uno es un imán.

-Hablando de cosas positivas que llegaron, contame la anécdota de cuando Pamela David te propuso ser parte de Desayuno Americano.

-Estoy feliz y agradecidísima con la oportunidad que me dio Pamela. Es una mina súper generosa, que te alienta y no hubiese podido hacerlo sin eso. Laburo tranquila y puedo hacer todo. No tengo palabras. Cuando me propuso trabajar con ella, yo la conocía de haberle hecho entrevistas para mi programa Glam & Music (por la señal CM). Le hice varias notas a Pamela y sentí que teníamos cosas en común, como esto de la buena onda. Quedó ahí y al mes me la encontré en un evento y Daniel Vila (pareja de David y dueño del canal América) me pidió si les podía pasar mi contacto. A las pocas semanas, un domingo me llamó Pamela para decirme si quería trabajar con ella. ¡Y ahora incluso me pasa a buscar a la mañana y me lleva al canal, ja, ja!

-¡Ay! Muero por saber de qué charlan en el viaje...

-Ja, ja. De la vida en general y repasamos la rutina. Me da consejos y yo le consulto todo. La verdad, de diez, maravilloso.

-Ahora contame un poco más de vos. Sabemos que estás casada con Mariano Juan, un exfutbolista que jugó en River, Huracán, el Ajax de Holanda y también en España. ¿Cómo es esta historia de amor?

-¡La verdad es que es una gran historia de amor! A Juan, como le digo yo, lo conocí cuando tenía 18 años. A pesar de mi juventud, siempre decía "me quiero casar y tener mi familia", incluso a esa edad. Todas las noches visualizaba tener a mi lado a un tipo compañero, buena persona, fiel, el ideal. Cuando lo conocí a Juan hasta me asusté porque era todo lo que soñaba y lo quería negar. O sea, pensaba ¡es éste! Pero como sólo tenía 18 años pensaba que era muy chica. Me enamoré enseguida y a los dos años nos fuimos a España. Nunca había salido del país pero allá hice de todo. Además, estábamos todo el día pegoteados, fue una luna de miel. Incluso nos casamos allá por Civil con unos amigos de testigos.

-O sea, no tenés el perfil de las chicas que comunmente llamamos "botineras"...

-No me identifico con el término botinera y él tampoco es el típico futbolista, pero no lo quiero comparar con nadie. Él es muy preparado, le gusta, leer, estudiar, es muy profesional, hizo una carrera impecable. Y yo, por mi parte, soy muy tranquila pero inquieta, me gusta trabajar. En España hice circo, iba a castings, me llené de amigos, la pasé increíble. Después de esa experiencia volvimos y tuvimos a Gonzalo, que fue un bebé súper buscado. Un año entero de una búsqueda muy divertida, ja. Un hijo es todo. Además, Juan es un papá como no podía haberlo soñado mejor. Hace todo, me ayuda en todo. De hecho, no podía haber hecho todo esto que estoy haciendo sin el apoyo de él.

-¿Sos de consultarle por tus proyectos laborales, ya que ahora ambos trabajan en los medios (Mariano Juan acompaña a Mariano Closs en Fox Sports Show, los domingos a las 23.30)?

-A veces no le hago caso pero él me guía mucho, ja, ja. A mí particularmente me encanta lo que hace, lo admiro un montón. Nos complementamos. Yo le doy el picante y él, la tranquilidad y la paz a la relación.

-¿Les gustaría trabajar juntos?

-¡No, pobre! No lo quiero castigar tanto... Él es más serio. Yo no tendría problemas, yo quiero compartir todo con él pero él no conmigo, ja, ja. ¡Hasta a yoga lo quería llevar! No la paso con nadie mejor que con él.

-¿Y como mamá cómo sos?

-Me gusta estar presente en mi casa. Gonzalo tiene 5 y queremos tener más hijos, pero quiero tener todo más bien programado. Cuando estuve embarazada me súper preparé con yoga para embarazadas, fui a parir feliz, fue lo más lindo. Tuve un parto maravilloso, soñado. ¡Era para filmarlo! Con decirte que a las dos horas estaba parada, con mi hijo en brazos. Lo que sí, el nene siempre durmió en la cuna, no me gusta para nada el tema del colecho. Soy de las que piensa que las parejas tienen que tener su intimidad, su cuarto, y el nene, otro. Y eso que le di la teta hasta el año y medio. El cuarto estaba al lado y me levantaba cada tres horas para darle de comer.

-Pasando a otro tema no menor y más después de haber tenido un hijo: ¿cómo hacés para tener semejante cuerpazo?

-¡No estoy haciendo nada, te juro! Como de todo, no me cuido con nada, disfruto de comer. Toda la vida fui flaca, siempre comí para engordar, lo sufría porque era un fideo. Después entrené un montón, a los 15 desarrollé, empecé a tener más forma. La verdad que con el lomo nunca tuve problemas ni rollos mentales. Me gusta hacer deporte, no me quedo quieta. En mi casa bailo, sirvo, atiendo, nunca estoy sentada. Estar activa creo que es la clave. Lo que no puedo dejar de hacer es yoga. Ahí es donde me callo, me conecto conmigo misma. Incluso voy en subte porque me queda medio lejos y es un bajón, pero es "mi momento". Voy dos o tres veces por semana, no llevo el celu y lo disfruto mucho.

-Viendo las fotos, no pude dejar de notar un tatuaje indiscreto que asoma por tu bikini. ¿Te gustan los tattoos, tenés más?

-¡Nooo! ¿Cómo lo viste? Tengo ese tatuaje solo y, sí, son huellitas... No la vas a poder creer, pero me lo hice sola a los 15 años. Todas mis amigas se habían tatuado a escondidas, menos yo. Entonces, un día agarré, me lo marqué con una Pilot y me lo repasé con tinta china. Son tres huellitas y, a pesar que no me gusta tener tatuajes, me salió dentro de todo bien. Quizás ahora me lo borre. Fue gracioso porque a mi vieja se lo terminé mostrando ese día y mi papá en vez de retarme me dijo "¿pero vos no querés ser modelo?". Siempre me decía eso cuando volvía con alguna marquita o golpe porque yo jugaba a todo: fútbol, básquet, natación, hice todos los deportes y de todos me han quedado marcas y cicatrices. Mi papá me repetía "Ay Natalia, vas a ser modelo, con todo eso no vas a poder", ja, ja, ja.

-Volviendo al presente, imagino tu cabeza no para y tenés mil proyectos más para este año. ¿Por cuál vas a empezar?

-Ahora en abril volvemos con la cuarta temporada de Glam and Music por CM, donde empezó todo esto que me pasa. El programa es mío, fue mi idea y fue como un hijo. Tenía ganas de conducir y lo armé, lo ideé con Pic Studios, una productora que ahora me propuso hacer otra cosa en tele, que ya se van a enterar.

-¡Una mujer orquesta! ¿Tenés defectos?

-¡Preguntale a mi marido, ja! Seguramente él dirá que soy muy intensa, capaz a él le gustaría que parara un poco más. Pero bueno, lo importante es dejar una buena huella.

Fuente: Ciudad.com