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Abril de 2024
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Ahora es la Justicia

Opinión. La Justicia se ha convertido en el nuevo enemigo, en la repetición de lo que es la estrategia del kirchnerismo para reinventarse como luchador revolucionario contra el orden establecido.

09/01/2013

Antes fueron las Fuerzas Armadas, la Iglesia, la Suprema Corte de Justicia de los 90, el FMI, EE. UU., las empresas privatizadas, el menemismo, el Duhaldismo, el neoliberalismo, las Afjp, Shell, el campo, los frigoríficos, Clarín, La Nación, los periodistas, los españoles de YPF, los españoles de Aerolíneas, los ingleses de Malvinas, los yerbateros, los importadores, los bancos, las casas de cambio, los fondos buitres, el juez Griessa, el sindicalismo de los gordos, el sindicalismo de Moyano, el sindicalismo de la CTA, los cacerolazos, la clase media, y todo aquel que ose opinar diferente.

¡Claro que en muchos casos había responsabilidades que enrostrarles! ¿Quién puede negarlo? ¿Pero tras la descalificación y el escarnio públicos, se corrigieron los errores mediante políticas de estado o más bien se abrió una puerta a la discrecionalidad y la corrupción?

Los jueces son corporativos, las Cámaras que fallan en contra se denominan “de Clarín y del Campo”.

Sólo un juez es probo, independiente, ecuánime, intachable, el ejemplo a seguir. De ahí que Dios siempre lo elije para salir sorteado en las causas más comprometidas, como la del enriquecimiento de los Kirchner, sobre el que osó preguntar Ricardo Darín. Sí, Norberto Oyarbide es el juez que representa el modelo de justicia que pretende el kirchnerismo.

Luego de diez años de gestión K, de haber echado los jueces de la impresentable Corte menemista por la ventana, y nombrado a una Corte reconocida por sus quilates jurídicos; luego de haber designado el 40% de los jueces actuales, se descubre que el Poder Judicial se ha convertido en un “Superpoder que afecta el funcionamiento institucional del país y el sistema democrático”. ¿Si así fuera quienes serían los responsables?

Ni la Corte, ni una Cámara fallaron como pretendía el gobierno. A Siberia condenados entonces y recibirán como castigo la peor tortura a aplicar: la lengua desenfrenada de Hebe de Bonafini.

En vano los esfuerzos por explicar que el Poder Judicial debe ejercer el control de constitucionalidad previsto en la Constitución Nacional. Todo es batalla y confrontación. Es la manera de construir liderazgo y que le ha valido grandes adhesiones al kirchnerismo en el pasado de dineros abundantes.

El problema es que mientras toda esta novela mediática transcurre en medio de dimes y diretes, el modelo cruje al ritmo de una inflación que se torna insoportable. Las luchas revolucionarias ya no logran las adhesiones de antes, por el contrario surgen cacerolazos y saqueos.

La oposición, ocupada de sus egos como siempre, sólo se deleita con los errores ajenos, creyendo
que la gente la apoyará por el sólo hecho de decir que son opositores. Pobreza militante que no logra enamorar a nadie.

Veremos muchos más ataques en contra de nuevos y viejos enemigos que justifiquen todo, pero el descalabro económico irá clarificando con dolor, que las palabras no resuelven los problemas cotidianos.