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Abril de 2024
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Aborto: la USAID propone ahora un plan de implantes

En los años ‘60 la administración norteamericana del católico John Fitzgerald Kennedy se hizo perversamente famosa por su programa “Alianza para el Progreso”, que procuraba mantener contenida a las latentes rebeliones sudamericanas contra el imperio mediante asistencia financiera y otros espejuelos de colores, como por ejemplo la profusa donación de preservativos para evitar los embarazos y controlar así la demografía en la región. Hoy, casi medio siglo más tarde, la historia demuestra palmariamente su circularidad.

18/10/2012

La Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) anunció en el Día Mundial de la Anticoncepción su asociación con donantes internacionales para distribuir Jadelle (segunda generación de Norplant) entre mujeres pobres de países en desarrollo. Este anticonceptivo no se comercializa para el uso en países más acomodados. El producto fue desarrollado por el Consejo de Población, agrupación conocida por su raigambre eugenésica. “Las metas eugenésicas muy probablemente se alcanzarán bajo otro nombre que no sea el de eugenesia”, escribió Frederick Osborn, el primer presidente del Consejo de Población, fundado por John D. Rockefeller III en la década del cincuenta.

Jadelle, nombre comercial del Norplant II, evita los embarazos liberando paulatinamente levonorgestrel (un conocido abortivo) a través de dos varillas tubulares que se insertan debajo de la piel del brazo. De este modo, se inhibe la ovulación, se aumenta la densidad del moco cervical y se altera el revestimiento uterino. Este implante aprobado por la OMS tiene una vida útil de hasta cinco años y se dice que su efecto es reversible. Los promotores de Jadelle comparan su eficacia con la de la esterilización quirúrgica.

Estudios realizados descubrieron que 19 de cada 100 mujeres descontinuaron su uso debido a problemas hemorrágicos. Alrededor del 65 % de las usuarias manifestaron irregularidades en el sangrado y 6,2 % dijeron haber tenido problemas al extraérseles los implantes.

La distribución de anticonceptivos a largo plazo entre las mujeres pobres de los países en desarrollo fue una de las metas de la reciente Cumbre de Planificación Familiar realizada en Londres y patrocinada por la Fundación Gates y el Gobierno del Reino Unido. Esta se celebró en ocasión del centésimo aniversario del primer congreso sobre eugenesia en esa misma ciudad. La agencia USAID renovó su compromiso con la planificación familiar en dicha cumbre, concretamente con los métodos anticonceptivos a largo plazo. Esta nueva iniciativa es un esfuerzo conjunto de las entidades Clinton Health Access Initiative, Childrens Investment Fund Foundation y de los gobiernos de Noruega, el Reino Unido, Suecia y Estados Unidos.

Bayer HealthCare, empresa farmacéutica alemana que elabora el anticonceptivo, acordó reducir el costo de Jadelle en un 50 % (llevándolo a 18 dólares) a cambio de que se garantizara un contrato por seis años que incluye el financiamiento de al menos 27 millones de dispositivos anticonceptivos. La Food and Drug Administration (FDA) aprobó el uso de Norplant I en Estados Unidos en 1990, pero su distribución cesó en 2002 debido a reclamos generalizados sobre sus efectos secundarios y a demandas presentadas por más de 50.000 mujeres. El contrato de USAID con el fabricante de Norplant, Wyeth Pharmaceuticals, continuó hasta 2006. Y aunque la FDA aprobó el anticonceptivo Jadelle en 1996, todavía no fue distribuido en Estados Unidos, lo cual implica una norma diferente para las mujeres de los países en desarrollo. Una mirada atenta al sitio web del Consejo de Población revela los riesgos potenciales de su uso y la falta de estudios significativos, con una investigación que se limita sólo a los cinco años posteriores al uso.

Los efectos secundarios conocidos son hemorragias irregulares, quistes ováricos, trombosis, posible aumento del riesgo de padecer trastornos en la vesícula biliar y aumento del riesgo de cáncer en la zona del implante debido a la presencia de un cuerpo extraño.

Resulta oportuno consignar que las subvenciones destinadas a la salud reproductiva/planificación familiar aumentaron en un 40 % durante el gobierno de Obama. El presupuesto 2012 para USAID de 524 millones de dólares supera al destinado en conjunto a la tuberculosis, las amenazas a la salud pública, la gripe pandémica, los niños indefensos y la nutrición. “Se trata de otra victoria para las personas del mundo en desarrollo, porque nosotros, que estamos en los países más ricos, ahora podemos ver que aportando una modesta suma de dinero y uniéndola a la de otros, y trabajando con los proveedores, podemos hacer que las fuerzas del mercado trabajen para ayudar a las personas pobres y salvar vidas”, anunció falazmente el ex presidente Bill Clinton en una reunión de la Asamblea General de la ONU. Lo que se busca en verdad es el bloqueo demográfico de los países más pobres del mundo, con la inocultable consigna de que la creciente carestía de alimentos no puede poner en riesgo a las naciones ricas, un eufemismo bastante explícito para subrayar que “los pobres sobran” en este planeta, una idea que subyace claramente en los postulados del Nuevo Orden Mundial (NOM).

Sin embargo, el movimiento pro vida no se detiene en el mundo. Académicos y profesionales europeos y estadounidenses pro vida se reunieron a fines del mes pasado en la Universidad de Varsovia en un congreso sobre “Fundamentos intelectuales y recursos jurídicos para la protección de la vida humana en la etapa prenatal”. La reunión contó con el Alto Patrocinio Honorario de Su Alteza Real la Gran Duquesa de Luxemburgo y el Patrocinio Honorario de Su Alteza el Duque Paul de Oldenburg. Organizada por el Centro Jurídico Ordo Iuris de Polonia y el Rule of Law Institute, el congreso tuvo su génesis el año pasado en la estrecha derrota de una iniciativa popular que proponía un “proyecto de ley cívica” que hubiera eliminado las excepciones de la prohibición general del aborto en Polonia. Aleksander Stępkowski, de Ordo Iuris, profesor de derecho de la Facultad de Derecho de la Universidad de Varsovia y uno de los principales organizadores del congreso, advirtió la necesidad de instruir a los legisladores y al público sobre la importancia de proteger la vida “en todas las etapas de desarrollo”, ya que el aborto parece ser sólo el primer paso hacia la denegación de la protección de la vida también para quienes ya han nacido pero que de algún modo son personas dependientes”.

Varias presentaciones se refirieron al carácter de la vida prenatal en la legislación interna polaca y en la jurisprudencia constitucional. Olgierd Pankiewicz abordó un artículo del derecho penal que permite el aborto en caso de discapacidad o de anomalía fetal: “La propia premisa de la ley (la reacción de la ley ante la enfermedad y el sufrimiento)... es evidentemente eugenésica”. La naturaleza discriminatoria del aborto eugenésico hace que estén dadas las circunstancias para que la excepción sea rechazada. De hecho, tras el fracaso el año pasado de una gran reforma de las normas vigentes, los legisladores pro vida del Sejm (Parlamento polaco) restringieron sus esfuerzos para centrarse en la eliminación del aborto eugenésico durante el actual período de sesiones legislativas. La semana pasada, en una importante votación, se aprobó el proyecto de ley de reforma con un amplio margen de 18 votos, con lo que pasó a la próxima instancia, en la que será debatido en el comité antes de ser sometido a la votación de la cámara baja en su conjunto.

Aunque era evidente la preocupación del congreso por el desarrollo de la legislación polaca, el planteamiento jurídico comparado garantizaba que los trabajos generados tendrían aplicación más allá de los límites de Polonia. Los ponentes abordaron los avances jurídicos que afectan el derecho a la vida en Alemania, Hungría, Austria y Estados Unidos. Uno de los temas analizados estaba relacionado con la interacción entre la legislación interna y las instituciones que protegen la vida y las “leyes blandas” transnacionalistas, que los activistas a favor del aborto que exigen la liberalización de la práctica mencionan frecuentemente. Nikolas Nikas, del Bioethics Defense Fund presentó un panel sobre derecho internacional que contó con la presencia de Jane Adolphe, de la Universidad Ave María, Stefano Gennarini, del Catholic Family & Human Rights Institute (C-FAM, editor de Friday Fax) y Piero Tozzi, de la Alliance Defending Freedom.

Otro de los conferenciantes fue Francisco Javier Borrego Borrego, ex miembro del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. El magistrado es famoso en los círculos legales polacos por su contundente oposición en el caso Tysiąc contra Polonia, referido a un aborto “terapéutico” supuestamente necesario para salvar la vista de una mujer. Para conseguir el resultado deseado, la politizada mayoría hizo caso omiso de un documento en el que ocho peritos determinaban que el deterioro de la visión de la mujer no estaba relacionado con su embarazo, reconoció la opinión de un médico clínico que aconsejaba el aborto y determinó que Polonia había violado el derecho a la privacidad según la Convención Europea de Derechos Humanos. Esta clase de activismo judicial de los tribunales supranacionales orientado a los resultados eleva derechos subordinados por encima de los verdaderamente fundamentales, menoscabando en última instancia el estado de derecho. El congreso de Varsovia intentó reorientar el debate volviendo a centrarse en el fundamento de la auténtica dignidad humana, recordando que sin respeto por el derecho a la vida, ningún otro derecho está asegurado.

(Fuente: semanario católico norteamericano C-FAM).