En conmemoración por los 202º aniversario de la Batalla de Tucumán, se realizará una evocación este miércoles a las 20 horas.
En el marco de su programa SEPTIEMBRE ES MES DE SABERES la Biblioteca Sarmiento invita a participar en la evocación de este importante acontecimiento de nuestra historia, que permitió la Declaración de la Independencia en 1816.
Se escucharán las voces de lectores docentes, investigadores y estudiantes. Han sido invitados el Prof. Luis Fernández de Loreto, miembros del Instituto Belgraniano, así como otros interesados en el tema. El acto se realizará en la Sala de Lectura, en nuestra sede de Libertad 674, Santiago del Estero, a las 20 horas del 24 de septiembre de 2014.
Manuel Belgrano es recordado como hombre de saber, economista, apasionado en sus ideas y actos, de inquebrantable fe, que por la causa de la independencia pasó de una oficina en el Consulado al campo de batalla, a pesar de carecer de toda formación militar, como lo reconoció en su Autobiografía.
En la campaña del Paraguay sentó los principios de libertad y autonomía a los pueblos indígenas, según los términos de la Asamblea de 1813, negados y vulnerados durante las campañas de la Patagonia y el Chaco, incumplidos hasta el presente, con lacerantes ejemplos que duelen en todas las regiones de Argentina.
El ideario que guió la trayectoria de Belgrano proviene de diversas fuentes, que combinó con acierto, a pesar de los conflictos interiores que debieron provocarle, pues debió enfrentarse con el ejército del país en que se había formado. Recordemos también que un aula de la Universidad de Salamanca lleva su nombre.
Instalado en una encrucijada de crisis de poderes ante la invasión francesa, propuso varias alternativas de gobierno para un nuevo país. Todos eran revolucionarios, en cuanto cambio de la identidad decidida aquí, algo absolutamente novedoso. U no optaba por el reconocimiento de la monarquía de la reina Carlota, desplazada del poder. Otro, el más audaz, proponía un rey Inca, capaz de gobernar el cono sur desde una tradición milenaria, cuya fuerza habían mostrado desde 1781 las rebeliones de Tupac Amaru con sede en Tugasuka.
Fue imposible esta afiliación a dos reinos quebrados. Belgrano adhirió a la causa de la república independiente, el tercer proyecto, que fue el que finalmente se logró. Sus proyectos políticos exponen su pensamiento al mismo tiempo que la tríada de nuestra historia cultural reciente: los orígenes americanos, el poder del estado español y de la Iglesia, el proyecto de una nueva nación independiente. Todos ellos su entrecruzaron en los años sucesivos, dando lugar a enormes batallas que costaron más sangre que tinta.
Belgrano es el visionario y augur del proyecto integrador de amplio espectro: en el siglo XIX la nación se sitúa ante Europa en condición de réplica cultural, productora de trigo y carne vacuna, aprendiz, de novedades y súbdita neocolonial, pero que al mismo tiempo guarda memoria de su raíz americana, que florecerá en el siglo XX. La república de hoy ha aprendido duramente la confrontación económica, cultural y militar. Muchos de los conflictos étnicos actuales provienen de esos irresueltos problemas.
En la construcción de la historia reciente de Argentina, Belgrano ocupa un lugar central. Liberalismo, nacionalismo y americanismo se combinan con fisiocracia, masonería y religiosidad. Devoto de la Virgen de Merced, encontró en ella la tutela espiritual que lo acompañaría en la campaña del Norte. Por eso la recordamos como advocadora y maestra, como él la reconoció.