La imagen del cadáver diminuto de un niño sirio al que las olas depositan en las costas turcas causa conmoción en el mundo entero.
Un niño es el mundo entero, el niño de la playa. Así titulan diarios europeos la indignante imagen que deja al descubierto la férrea política de cierra de fronteras que llevan adelante "el viejo conteniente" mientras miles de inmigrantes sirios intentan escapar de las salvajes guerras protagonizadas por el Estado Islámico.
Al menos doce refugiados sirios –cinco de ellos menores de edad- perdieron la vida en dos incidentes separados mientras trataban de cruzar la estrecha lengua de agua que separa la península de Bodrum en Turquía de la isla griega de Kos, informaron los medios locales citando fuentes de las fuerzas de seguridad. Los cadáveres de dos niños aparecieron a primera hora de este miércoles en una playa turca, lo que llevó a la Guardia Costera a movilizar varios equipos de salvamento, que consiguieron rescatar a seis personas de las dos embarcaciones siniestradas.
La fotografía de uno de los niños, de corta edad, ha sido distribuida por la agencia Reuters. En la imagen, el menor aparece boca abajo en una playa de Bodrum, en el sur de la franja asiática de Turquía. En la secuencia del reportero de la agencia británica aparece un guardacostas turco recogiendo el cuerpo sin vida del niño. La foto está siendo rebotado por muchos usuarios de las redes sociales bajo el hashtag (hilo de conversación en Twitter) #kiyiyavuraninsanlik, que se puede traducir como "la humanidad se estrella contra la costa".