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En Alemania un hombre tuvo cuatro hijos con su hermana y fue condenado

Un caso que reabre un intenso debate en Europa. La Justicia alemana confirmó que el incesto es delito y lo condena. Mientras tanto se supo que la pareja se conoció cuando ambos eran adultos.

13/04/2012

El alemán que tuvo cuatro hijos con su hermana cometió un delito, dictaminó la Justicia europea, y el incesto seguirá siendo penado por la ley en Alemania.

Pero el cierre del caso en los tribunales reabrió el debate entre los ciudadanos. Lo que para algunos es una práctica sexual privada, prohibida "por un tabú anticuado", para otros representa una distorsión con "riesgos genéticos" y psicológicos.

Los siete jueces de Estrasburgo que se han encargado del caso de Patrick S. y su hermana Susan reconocen que la falta de consenso entre las legislaciones de los 47 países miembros del Consejo concede a las autoridades el "margen de discrecionalidad" que se aplica en este caso.

El código penal alemán castiga con hasta dos años de cárcel el coito de adultos con hermanos o con ascendientes directos. El coito de adultos con descendientes directos se castiga con hasta tres años de prisión.

"Dos personas adultas tienen que poder decidir libremente si tienen sexo entre sí", polemizó el diputado de Los Verdes Hans Christian Ströbele. "La condición es que se amen, que lo hagan por propia voluntad y que no haya relación de dependencia".

El portavoz judicial del partido La Izquierda, Wolfgang Neskovic, consideró que "el incesto consentido entre adultos no daña a nadie".

En un artículo titulado "¿Puede estar Hansel con Gretel?", un analista del diario "Tageszeitung" recuerda que el Estado dejó desde hace tiempo de inmiscuirse en la sexualidad privada de los adultos. "Quizá la prohibición del incesto es la última excepción".

Un argumento similar esgrime "Die Zeit": "Ser infiel, gay, lesbiana, tener sexo de a tres o solo... todo esto pasó a formar parte de la esfera privada y es legal".

No ocurre lo mismo con el matrimonio entre hermanos, que está penado en los casi 50 sistemas legales que se amparan en la Convención Europea de Derechos Humanos.

Muchos países, permiten el coito entre adultos con ascendientes directos (mientras no se casen), pero el código penal alemán lo castiga con hasta tres años de cárcel.

Patrick S. y Susan crecieron en casas diferentes y se conocieron en el año 2000, cuando él tenía 23 años y ella 16. Se enamoraron y vivieron juntos varios años en Leipzig, este de Alemania.

Patrick, hoy de 35 años, fue condenado varias veces por la relación y pasó en total tres años en prisión (la última vez de 2008 a 2009). Su hermana fue siempre absuelta. Los jueces la consideraron fácilmente influenciable y con un ligero retraso.

Aunque la pareja ya se rompió, él acudió a Estrasburgo defendiendo su "derecho a una familia". La Corte Europea de Derechos Humanos dictaminó ayer que prohibir el incesto no vulnera los derechos humanos, dando la razón a la Justicia alemana.

"Cuando era joven estaba necesitada de amor", contó Susan al "Bild" después de que se conoció la sentencia. "Pero no volvería a hacerlo. No se lo recomiendo a nadie. Está bien que el incesto esté prohibido".

Son muchos quienes piensan lo mismo. Los hermanos comparten un 50% de genes y por lo tanto tienen más posibilidades de combinar el mismo gen defectuoso, aumentando el riesgo de transmitir enfermedades hereditarias. De hecho, dos de los cuatro hijos de Patrick y Susan son discapacitados.

Defensores del incesto como el abogado Jan Siebenhüner apuntan que, si el objetivo es reducir el riesgo de defectos genéticos, Alemania también debería prohibir el sexo entre discapacitados.

"La prohibición es exagerada, anticuada e indefendible desde un punto de vista constitucional", dijo el experto.

El gobierno de Angela Merkel se mantiene firme en la prohibición. "Es un fundamento de la cultura jurídica alemana y un tabú absoluto. Debe seguir siendo así", dijo Günter Krings, experto legal de la Unión Cristianodemócrata (CDU).

Los siete jueces de Estrasburgo le dieron por ahora la razón, pero admitieron también que la diferencia entre las legislaciones de cada país miembro deja a las autoridades nacionales "en mejor posición para opinar que una corte internacional".