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Abril de 2024
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Francisco derribó el muro entre cristianos y musulmanes en Bangui

La crónica de su visita a la mezquita central en un barrio musulmán de la capital de la república Centroafricana que hizo que familias pudieran volver a unirse tras estar distanciadas por la religión. 

01/12/2015

 En una escena poco habitual, los habitantes del barrio musulmán PK5 de Bangui salieron este lunes a la calle para recibir al papa Francisco durante la visita a la mezquita central, mezclándose sin incidentes con la población cristiana, rompiendo el muro de odio que les separa a diario. 

Los cristianos atravesaron la frontera invisible de estas calles casi prohibidas para, por primera vez en mucho tiempo, visitar a los familiares que viven en ellas, aislados por el conflicto que mantienen las milicias de ambas confesiones desde hace dos años, que ha desangrado al país con miles de muertos, informó Efe. 

La avenida Barthélémy Boganda, arteria de la ciudad que discurre por el PK5, fue abierta al tráfico para que la gente pudiera acudir a la mezquita y al estadio que lleva el nombre del político nacionalista que luchó por la independencia de República Centroafricana en los años 50, donde el papa ha oficiado una misa. 

La presencia de los cascos azules, que tienen su cuartel general en la misma avenida, aunque fuera del barrio musulmán, ofreció una inusual sensación de seguridad al gentío congregado para ver pasar al Papa y que, por unas horas, ha podido andar por la calle sin miedo. 

Un grupo de mujeres, vestidas con ropas tradicionales musulmanas, esperaba la llegada del Pontífice con una pancarta de tres metros: "Los musulmanes desplazados de Bangui dan la bienvenida al Papa al PK5". Otro grupos de mujeres, estas cristianas, también le daban bienvenida con una pancarta similar. 

En la mezquita, el mensaje del Pontífice es claro: cristianos y musulmanes son "hermanos" y deben decir "no" al odio, a la venganza y a la violencia en nombre de Dios. . 

Centenares de musulmanes se acercaron a los alrededores del estadio Barthélemy Boganda siguiendo al cortejo papal y, en una imagen insólita, algunos incluso saludaron y abrazaron a los cristianos que esperaban para entrar al recinto donde el Pontífice celebró su última misa antes de partir hacia Roma. 

Entre gritos de "¡La paz ha vuelto!, ¡La guerra ha terminado!", los asistentes ofrecieron una imagen de concordia y hermandad que hacía mucho tiempo que no se producía. "Es un día hermoso para los musulmanes. No creíamos que podía llegar, pero así ha sido y he podido abrazarme con mis hermanos cristianos. ¡Es un milagro!", afirmó Amza Mahamat, un musulmán que vive en PK5. 

Solo con su mensaje de reconciliación y paz, Francisco no puede acabar con un conflicto que viene de lejos y que tiene muchas heridas, pero ha conseguido que los centroafricanos se reconcilien por un día.