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Habló el secretario de Jorge Mejía: "El cardenal no tiene nada que ver"

El padre Luis Alberto Duacastella se refirió al hallazgo de cocaína en un auto oficial del Vaticano que es del cardenal Mejía.

El cardenal Jorge Mejía junto a Francisco.
16/09/2014

"Estoy muy mal, destrozado, es una cosa de locos lo que pasó, no se lo deseo a nadie. Es una cosa de locos de parte de esta persona que usa la amistad para hacer una cosa de este tipo. Han puesto al cardenal en primera plana por algo en lo que obviamente no tiene nada que ver".

El padre Luis Alberto Duacastella, secretario personal del cardenal Jorge Mejía desde hace 16 años, no oculta que está desesperado después del escándalo que estalló en torno del auto que es propiedad del purpurado argentino, con chapa del Vaticano, que el domingo pasado en Francia fue hallado por la policía con cuatro kilos de cocaína, según trascendió.

En diálogo con LA NACION, el padre Duacastella confirmó que fue él quien, el viernes pasado, sin imaginarse jamás lo que podría suceder, le dio el auto a una persona que conoce desde hace 10 años, para que lo llevara a un taller para una revisión. Esta persona quedó detenida en Francia, junto a otro italiano, cuando en un control aduanero fue hallada la droga.

El padre Duacastella, "Lucho" para los amigos, contó a LA NACION que todavía no le había dicho nada de lo que había pasado al cardenal, de 91 años y en condiciones de salud muy frágiles desde que tuvo un infarto en marzo de 2013.

"Aunque está bien, sería un mazazo para él. Pero más tarde se lo voy a decir, le tengo que contar la verdad. Y también le voy a escribir una carta al Papa, diciéndole cómo fue todo", agregó.

Tal como el padre Duacastella ya le contó a la Gendarmería del Vaticano, ante quien prestó una declaración jurada, todo empezó porque el auto del cardenal argentino -bibliotecario y archivista emérito de la Santa Sede-, necesitaba ser sometido a una revisión.

"Como yo corro todo el día detrás del cardenal, hace un año y medio que no salgo, estoy las 24 horas con él, mi culpa fue haberme confiado de una persona que conozco desde hace diez años, que me ofreció ocuparse de eso", dijo.

La persona en cuestión se llama Luca Di Dio. "Él me dijo: «no te preocupes, yo tengo un taller de un amigo mío, yo te pido el turno, lo llevo el viernes y el domingo al mediodía te lo traigo», me dijo. Y yo confié", relató Duacastella, que detalló incluso el nombre del taller mecánico -Autofficina Condello, de la Via A. Aspertini, de esta capital-, al que, en teoría, el viernes iba a llevar el auto.

"Cuando el domingo al mediodía no apareció con el auto, empecé a preocuparme y a llamarlo a su celular, que no contestaba. También llamé a su mamá y a su novia, que estaban desesperadas porque tampoco sabían nada de él. Hasta que el domingo a la noche recibí un llamado de la Gendarmería del Vaticano", relató.

Duacastella, que durante ocho años enseñó Filosofía en la Universidad del Laterano, pero que desde hace un año y medio se ocupa solamente del cardenal Mejía, contó que declaró todo lo que sabía ante el responsable de la Gendarmería, Domenico Giani, y a su segundo.

"Vinieron a casa ayer a la mañana y yo fui a la Gendarmería a declarar. Me preguntaron si conocía a la otra persona arrestada y obviamente no lo conocía. Y estoy muy mal, atónito. Es obvio que no tenemos nada que ver y espero que este señor, para salvarse, no diga algo extraño", afirmó.

"Yo me acuso de imprudencia. Conozco a esta persona desde hace diez años, es un tipo que tuvo problemas, con antecedentes, pero si como sacerdote me tengo que alejar de la gente con problemas, no veo más a nadie. Incluso solía venir a casa y ayudarme a las noches con Jorge. Le tenía confianza, yo lo ayudaba y él trataba de colaborar. La humanidad es imprevisible, caí en las redes de una humanidad imprevisible y trataré de arreglar la cosa encargándome de Jorge", concluyó.

Fuente: diario La Nación.