El padre Lombardi subrayó que "no hay que dejarse condicionar", mientras que el cardenal Pell dijo que el texto filtrado "no corresponde" exactamente con la verdadera misiva.
Al principio de la conferencia de prensa cotidiana sobre el sínodo, el padre Federico Lombardi, director de la Sala de Prensa del Vaticano, leyó hoy una declaración con la que quiso calmar las aguas luego del revuelo que causó la difusión de una carta de 13 cardenales al papa Francisco.
"El clima general de la asamblea es positivo", dijo, al asegurar que quien difundió la carta en cuestión, que era reservada, cometió "un acto de disturbio" que los firmatarios no buscaban.
Lombardi precisó que cuatro cardenales desmintieron haber firmado la carta (Scola, Piacenza, Erdo y Ving-Trois), tal como informó LA NACION. Y aclaró que el cardenal australiano George Pell, quien le entregó la carta al Santo Padre, declaró públicamente que "la carta al Papa era reservada y debía quedar reservada". Por otro lado, Pell hizo saber que "no correspondían" exactamente "ni el texto, ni las firmas" en lo que salió publicado en el blog de Sandro Magister.
Lombardi, por otro lado, admitió que, en verdad, los cuestionamientos que existen en la carta "habían sido reportados en el aula, yo les había hablado de las dudas y objeciones en cuanto a los procedimientos del sínodo". Y que justamente por ello el martes de la semana pasada tanto el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del sínodo, como el mismo Papa, habían intervenido para responder a esas dudas y aclarar el funcionamiento de la nueva metodología sinodal.
"Por eso quien difundió la carta cumplió un acto de disturbio que los firmatarios no querían", dijo el vocero. Lombardi destacó que "no hay que dejarse condicionar" por la salida a la luz de la epístola y dijo que "no es sorprendente que se hagan observaciones" sobre la nueva metodología del sínodo. Al respecto, dijo que una vez que ésta quedó aclarada, "los padres sinodales se comprometieron a ponerla en acto". En este sentido, hizo hincapié en que "hay una gran colaboración" entre los obispos y que "el clima general de la asamblea es positivo".