El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, aseguró hoy que no competirá con el designado secretario general de la Presidencia por la comunicación oficial. Y auguró que "este último año del Gobierno es un un fin de ciclo".
El desembarco de Aníbal Fernández en la Casa Rosada generó dudas en torno a la normal continuidad de la tarea que el ex gobernador del Chaco lleva a cabo como voz de la administración nacional.
La inquietud en torno a la convivencia de ambos funcionarios se potenció luego de que el ahora ex diputado hablara -el miércoles- con numerosos medios de comunicación, en el mismo horario en el que diariamente suele presentarse el jefe de Gabinete.
Ese contexto propició que la primera pregunta que escuchó esta mañana Capitanich fuera sobre esos potenciales problemas de convivencia laboral. Y la respuesta apuntó a desestimar las especulaciones políticas y mediáticas.
"No vamos a discutir cuestiones de cartel, vamos a trabajar muy bien", aseguró el funcionario kirchnerista. "No estamos en competencia de segundo orden, estamos para el cumplimiento de directivas de la Presidente", enfatizó.
Al respecto, Capitanich recordó que Cristina Kirchner le instruyó desde el inicio de su gestión el abordaje de "la agenda comunicacional periódicamente con los medios de comunicación" y va a cumplir "con el mandato constitucional".
"Habrá comentarios de todo tipo y color, pero vamos a trabajar muy bien, (a Fernández) lo conozco desde hace muchos años y siempre tuvimos una excelente relación", destacó el jefe de Gabinete, quien de todos modos aclaró que la jefa de Estado "es la que conduce y en virtud de ello tenemos que cumplir metas".
"Aquí no hay nadie más importante que la Presidente, el resto somos actores de reparto que cumplen directivas y responden a su liderazgo, que no es por generación espontánea sino por la legitimidad de casi el 55% de los votos obtenidos en el año 2011".
Ese aval popular y los logros de esta administración nacional –analizó Capitanich- permiten augurar que "este último año de mandato no es el fin de un ciclo sino el inicio de una nueva etapa que tiene que extenderse para garantizar continuidad de un proyecto que ha dado resultados extraordinarios".
Finalmente el jefe de Gabinete fue consultado sobre a quién apuntaba el documento del episcopado argentino, que en su mensaje navideño expresó su preocupación por la desigualdad y la corrupción, y que muchos leyeron como un recado al oficialismo.
"Los medios pretenden instalar la responsabilidad en el Gobierno, pero tratan de eludir la suya. La lectura que yo hago es que la preocupación tiene que ver con la corrupción privada como la evasión de impuestos y el lavado de activos", concluyó.