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País

Duras críticas de Lagomarsino hacia el Gobierno

El dueño del arma se lo dijo al diario inglés The Guardian; "Empecé a sentir miedo", expresó.

01/02/2015

Diego Lagomarsino, el dueño del arma hallada junto al cadáver de Alberto Nisman, le respondió por primera vez al Gobierno a raíz de los reiterados intentos de la presidenta Cristina Kirchner de responsabilizarlo por la muerte del fiscal de la causa AMIA.

En una entrevista con el diario británico The Guardian, sugirió que se había decidido a hablar en público en los últimos días porque sentía que lo estaban usando como un chivo expiatorio. "Yo era todo lo que tenían y se aprovecharon de mi silencio -declaró-. Llegó un punto en el que empecé a sentir miedo. La gente está diciendo cosas de mí que no son ciertas."

Dijo además que Nisman "no tenía miedo de terroristas; tenía miedo de que algún fanático pudiera atacar su auto con palos mientras estuviera manejando con sus hijas". Reiteró que le había contado su desconfianza con la custodia que debía protegerlo.

Lagomarsino se presentó el miércoles pasado después de que la fiscal Viviana Fein lo imputara por haberle entregado una Bersa calibre 22 de su propiedad a Nisman, que no tenía permiso para usarla.

Aquel día relató ante decenas de periodistas sus últimos contactos con el fiscal, pero no aceptó preguntas. Evitó referirse a las acusaciones que le dedicó el Gobierno. Ese tema quedó en boca de su abogado, Maximiliano Rusconi.

En su diálogo con The Guardian el técnico informático que trabajaba para Nisman se permitió avanzar con una queja por el trato que le dedica la Casa Rosada.

Esa ofensiva oficial siguió ayer con una catarata de tuits publicados desde la cuenta @CasaRosada, alimentada desde el kirchnerismo. En esos mensajes se insistió en centrar la atención en Lagomarsino: recordaron que el arma mortal era propiedad de él, que fue la última persona que lo vio con vida hasta donde se sabe y también que era un duro opositor al Gobierno, como se deduce de opiniones que escribió tiempo atrás en las redes sociales.

Rusconi mostró fastidio por la actitud presidencial. "Ella mandó a todos los funcionarios oficiales y a periodistas amigos a presentar a Lagomarsino como un personaje muy oscuro. Están tratando de convertirlo en sospechoso, de decir que es un agente de inteligencia", sostuvo. Y añadió: "Creo que pronto vamos a ver la tesis de Lagomarsino como otro intento de encubrir la muerte de Nisman".

El informático enfatizó en el diálogo con el diario inglés que no tiene nada que ver con el espionaje. "Decidí no mirar televisión, ni leer los diarios o acceder a Internet. Fue una forma de autoprotección", relató.

Sobre su trabajo al lado de Nisman, amplió que él solía ir una vez por semana, a veces una vez al mes o cuando el fiscal lo llamara, para ayudarlo con lo que necesitara en materia informática. Su papel era principalmente, explicó, cuidar la seguridad de la red y de las copias de la información.

Habló también de su trato con Nisman. "Él podía estar calmo o enojado. Por ejemplo, cuando yo estaba arreglando algo en su casa, a veces se ponía furioso y después me llamaba más tarde para disculparse."

Lagomarsino se lamenta en la nota de haberle prestado el arma a su jefe. "No sé cómo explicar lo que siento. No sé si es culpa o una sensación de responsabilidad moral."

Y cuenta que le hubiera gustado estar en el funeral. "Lo tuve que ver por televisión. Miré al cielo y dije: «Perdón por no estar ahí». Ojalá se se sepa la verdad. Espero que él descanse en paz."

UN DUELO QUE NO TERMINA

Señalado por el Gobierno

La Presidenta habló de Diego Lagomarsino

en sus discursos por cadena nacional. Sugirió que podía tener algo que ver con la muerte de Nisman. Ayer siguieron criticándolo desde la cuenta de Twitter de la Casa Rosada

"Chivo expiatorio"

El abogado de Lagomarsino usó esa expresión para definir a su defendido. Dijo que lo convenció de hablar en público porque el Gobierno lo estaba usando..