El gobierno nacional decidió no modificar la cifra desde la cual se empieza a pagar el Impuesto a las Ganancias. Cambiarán las escalas.
Ninguna persona que en la actualidad pague Impuesto a las Ganancias se verá exento luego del anuncio del gobierno nacional. Según informó el ministro Axel Kicillof, lo que se modificará no será el mínimo no imponible de 15.000 pesos, sino las escalas que van desde esos salarios hasta los $25.000.
Es decir, aquellas personas que ya cobren más de $15.000 brutos o empiecen a percibirlos a partir de los aumentos salariales de este año deberán comenzar a tributar Ganancias. Pero lo harán con una tasa más baja.
En la conferencia de prensa que dio este mediodía en el Ministerio de Economía, Kicillof explicó que la reducción dependerá mucho no sólo del salario que cobre el trabajador, sino también de los descuentos que puede realizar: no será igual para una persona soltera que para alguien que esté casado y tenga dos hijos.
Kicillof dio algunos ejemplos del impacto que tendrá la medida. Un trabajador soltero que hoy recibe un sueldo bruto de $20.000 paga en la actualidad $2.066 de Ganancias. A partir de la modificación, esa cifra se reducirá en un 32% y llegará a los 1.405 pesos. Eso implicará un incremento del salario de bolsillo equivalente al 5 por ciento.
Un beneficio mayor recibirá una persona que hoy percibe el mismo sueldo bruto de $20.000 pero está casado y tiene dos hijos. Si en la actualidad paga $1.280 por la tasa, a partir de la modificación pasará a abonar $397 pesos. Es decir, tendrá una reducción del 69 por ciento; lo que es equivalente a un incremento del salario de 6 por ciento.
Según las palabras de Kicillof, el beneficio llegará al 69% de la gente que hoy tributa el impuesto. Quedarán excluidos quienes cobran más de 25.000 pesos. Ellos seguirán abonando lo mismo que pagan en la actualidad.
La modificación del Impuesto a las Ganancias era uno de los principales reclamos gremiales de cara a las paritarias de este año. Habrá que ver si el anuncio realizado por el Gobierno alcanza para calmar los ánimos, en momentos en que muchos sindicatos están en pie de guerra por los pedidos para fijar un tope de 25% a los aumentos salariales.