En su octava y última inauguración de las sesiones ordinarias de la Legislatura porteña, el jefe de gobierno porteño dio cuenta del estado de su administración e hizo un repaso de su gestión.
El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, reclamó hoy que el "Estado esté al servicio de la gente y no al servicio de la política", durante la apertura de las sesiones ordinarias en la Legislatura porteña.
"Hay que terminar con las políticas que empiezan y terminan con cada gestión" y "pensar en la gente y no en nosotros", reclamó el jefe comunal en su octavo discurso en ese recinto.
En ese marco, Macri aseguró que su gestión deja "planes concretos para que puedan ser impulsados" por quien lo suceda en el cargo: "Queda el Plan Estratégico 2030 a disposición de quien ocupe este lugar".
"Las buenas intenciones no alcanzan para gobernar", manifestó, y planteó que "hace falta compromiso, aprendizaje, coraje y humildad".
"Gobernar es decir la verdad, un gobierno que no está atento a lo que piden los demás, mal puede transformar. Cuando cerramos el oído, también cerramos el corazón", subrayó el funcionario.
Al inicio de su discurso, Macri confesó tener una "mezcla de alegría y nostalgia adelantada", al inaugurar por última vez las sesiones ordinarias de la Legislatura.
"Por un lado, la alegría de todos estos años de trabajo, ya que alcanzamos la mayoría de las metas y objetivos que nos habíamos propuesto, y también tengo un sentimiento de nostalgia adelantada, un sentimiento de pérdida porque empezamos a recorrer los últimos pasos de una etapa", señaló el jefe de la Ciudad.