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Cómo ayudar a tu hijo a despertarse para ir a la escuela

Tras vacaciones los pequeños deben volver a acomodarse a la rutina escolar. Aquí te brindamos algunos consejos para que a la hora de despertar no sea un caos total.

26/02/2015

En las vacaciones, tus hijos no necesitan despertarse tan temprano. Algunos incluso duermen hasta tarde. Sin embargo, en época escolar, los chicos –y nosotros- deben madrugar. ¿Cómo puedes ayudar a tu hijo a acostumbrarse otra vez al horario escolar?

Es cierto que en los primeros días a tus hijos les cuesta mucho despabilarse. Quizá el primer día, por la emoción de ver a sus amigos, se levanten como un resorte de la cama, algunos incluso lo hagan antes de que suene el despertador. Pero los días siguientes, no va a ser fácil que empiece el día con energía.

Un proceso biológico

El sueño tiene diferentes fases. Este empieza por un inicio –dormirse- y un final –despertarse. Las hormonas, la temperatura del cuerpo o la luz del cuarto son diversos factores que intervienen en el proceso del sueño. A veces estos factores interrumpen la fase de sueño en la que se está, por ejemplo, un ruido que te levanta en medio de la noche. Cuando despiertas a tu hijo, estás cortando la fase de sueño profundo de manera artificial y anticipada. Por ello es que al niño se le hace difícil levantarse con energía, se siente cansado e incluso no quiere comer su desayuno.

¿Cuánto tiempo necesita dormir?

Lo ideal es que se despierten solos o, si es que tú lo despiertas, hacerlo justo cuando termine un ciclo de sueño. Para lograr esto, debes conocer cuánto necesita dormir tu hijo.

Anota, durante las vacaciones o los fines de semana, el número de horas que tu hijo duerme en promedio. En días de escuela, mándalo a acostarse a la hora que sea necesaria para que cumpla esas horas de sueño. Así se levantará de forma espontánea y cuando esté descansado.

Despiértalo con mucho amor

Crea un pequeño ritual que llevarás a cabo todas las mañanas con tu hijo.

1. Despiértalo 10 minutos antes de la hora para permitirle desperezarse.

2. Hazlo suavemente, con caricias, besos y palabras cariñosas.

3. Un desayuno, completo y pausado, es la mejor manera de empezar un día.

Fuente: serpadres.es