Además de una actividad hipster, un transporte ecológico y el más económico de los translados, su hábito ofrece más ventajas para el organismo que muchas horas de deporte en un gimnasio.
Si concebías la bicicleta como una actividad de ocio practicada exclusivamente los domingos, cuesta arriba en una montaña, acompañado de toda la familia o sin más presencia que la tuya, estabas muy equivocado. Principalmente porque se trata de uno de los ejercicios más completos para guiñarle los dos ojos a la salud.
Un ejercicio aeróbico de primer orden, económico, divertido, ecológico y apropiado para mantener la buena salud y mejorar la que se tambalea. Así es la carta de presentación que nos ha dado la bici y estamos encantados con ella.
1. Está comprobado que las personas que realizan esta actividad son menos propensas a caer en depresiones o sufrir alguna patología psicológica. Libera estrés, el cerebro de oxigena y nos permite pensar con mayor facilidad y rapidez.
2. Reduce los dolores de espalda si adoptamos la posición correcta una vez subidos en el sillín. Echando el torso hacia delante los músculos se tensan y eso permite estabilizar la columna vertebral.
3. El colesterol bueno sube y el malo baja. El tándem perfecto para gozar de buenos vasos sanguíneos. La razón tiene que ver con la ágil fluidez de la sangre por los vasos, dándoles mayor elasticidad y evitando que se empiecen a hacer tapones.
4. Relacionado con el punto anterior, se reducen los en más de un 50%. Se debe a que al pedalear la presión arterial se reduce mientras que el ritmo cardíaco aumenta. Esto es, no se somete al corazón a esfuerzos innecesarios, sino que trabaja en perfecta armonía.
5. Potencia el sistema inmunológico rechazando así las infecciones.
6. Indudablemente se realiza deporte: se tonifican los brazos al ir estirados y se gana músculo en piernas y brazos. Qué decir de los glúteos.