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Revista

El gin tonic no pasa de moda y vuelve a las barras

Hacerlo es fácil, ni se requiere una coctelera. Gin, tónica, hielo y piel de limón es todo lo que se necesita.

28/11/2015

Desde hace unos años, el calor europeo se riega con gin tonic y los expertos dicen que cuando el verano estalle por estos pagos sucederá lo mismo. Pero no por estar de moda es un trago nuevo, el gin data de 1575, la tónica se inventó en 1873 y conviven felices en la misma copa desde fines del siglo XIX.

“En los 80 se tomaba muchísimo gin tonic en la playa, se hacía con gin inglés, tónica y limón amarillo, después hubo un bache y dejó de consumirse hasta que hace cinco años volvió el boom en España”, cuenta Tato Giovannoni, bartender y creador de “Príncipe de los Apósteles”, un gin premium elaborado en base a yerba mate, pomelo rosado, eucalipto, menta y peperina.

Raj Nagra, Global Brand Ambassador de Bombay Sapphire, una de las marcas de gin más famosas del mundo, coincide: “En Latinoamérica el gin tonic ocupa hoy un lugar dominante gracias a la influencia española”. Los números le dan la razón, este año las ventas de la firma que representa aumentaron un 40% y proyectan un 30% más para el verano. En las barras también se advierte el furor, “hoy la gente sabe, no te pide un gin tonic, te pide un gin tonic con pepino y jengibre o con lima y un bitter”, cuenta Fede Cuco, al frente del Verne Club.

Matías Bernaola, ganador del reality show “El gran bartender” y jefe de Barra de Frank`s, asegura que en ese bar palermitano se “despachan más de 50 litros de gin por semana”. Es que el gin encontró en la tónica un complemento perfecto, pero en realidad es una especie de Don Juan que tiene varias novias; cocteles clásicos como el Martini, el Gimlet y el Aviation llevan gin. No se trata de una casualidad, los orígenes de la coctelería se remontan a este destilado. “En el siglo XIX, la base alcohólica de casi todos los cócteles era el gin, eventualmente se usaba whisky o brandy”, explica el bartender Ariel Lombán.

En materia de gin, las marcas son más que una etiqueta, cada una le aporta a este destilado un carácter particular, el secreto está en la combinación de botánicas que se utilizan, siempre con el enebro como ingrediente infaltable. Por eso Giovannoni eligió lanzarse al mundo de la producción de espirituosas con un gin, “era la bebida que más versatilidad me daba para jugar con botánicos; el vodka, por ejemplo, es más neutro y no hubiera sido fácil darle un carácter argentino”, explica.

Pero si el gin tiene variantes, su compañera, la tónica, no se queda atrás, la gama es muy amplia, cambian los niveles de amargor y hasta el tamaño de las burbujas. Claro que los que no quieran andar con muchas vueltas también pueden disfrutar de este trago; hacerlo es fácil, ni se requiere una coctelera. Gin, tónica, hielo y piel de limón es todo lo que se necesita.