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Revista

No se debe usar el celular antes de ir a dormir

Las razones por la que no es bueno estar pegado a la pantalla luminosa minutos antes de ir a la cama.

23/05/2015

Usar el celular o la tablet antes de ir a dormir, experimenta mayor dificultad para conciliar el sueño y para permanecer dormidos, según un estudio realizado por investigadores del Instituto Politécnico de Rensselaer, en Nueva York.

Según la investigación, los adolescentes son más sensibles que los adultos a la luz de onda corta que emiten las pantallas, capaz de disminuir la segregación de melatonina, una hormona reguladora del sueño.

En un estudio realizado con 20 jóvenes se les hizo llevar unas gafas de color naranja durante varias horas antes de irse a la cama; la tonalidad del vidrio anulaba la luz de estos aparatos electrónicos que está enriquecida en el rango azul de la luz, en la onda corta. Cada hora y hasta medianoche se les tomaba una muestra de saliva para analizar la cantidad de melatonina.

Luego repitieron el experimento, pero en esta ocasión sin gafas, y compararon resultados. Así, comprobaron que cuando los chicos no llevaban lentes, tenían unos niveles de melatonina  un 23% más bajos una hora después de estar frente a una pantalla, en comparación con las noches en que sí llevaban. Dos horas más tarde, eran un 38% inferiores.

Estos mismos investigadores, liderados por la científica Mariana Figueiro, en un estudio anterior ya habían demostrado que en adultos se produce una caída del 14% de los niveles de melatonina tras dos horas delante de una computadora.

De acuerdo al diario La Vanguardia, los adolescentes ahora demostraron son más sensibles a esta luz de onda corta. Y además, a eso se suma que durante esta época de la vida, los patrones del sueño cambian, lo que hace que los chicos se sientan más despiertos hasta más tarde en la noche, y que, en cambio, por la mañana se les peguen las sábanas.

Ese cambio en el reloj biológico está relacionado con la melatonina, una hormona segregada por la glándula pineal, un área del cerebro del tamaño de un guisante situada detrás del tálamo entre ambos hemisferios. Horas antes de que vayamos a dormir, se comienza a secretar para preparar al cuerpo para el reposo, reduciendo el estado de alerta. No obstante, el uso de aparatos electrónicos, que emiten luz azul que el cerebro confunde con luz de día, puede alterar la segregación de esa hormona y provocar problemas de sueño.