A los 18 años decidió no firmar su contrato con el Xeneize e irse, mediante la utilización de la patria potestad, a España. Hoy, más maduro, se arrepiente de la forma de su salida.
Hay determinados patrones que hace a la identidad de las personas. Se pueden advertir con apenas un sonido. El tono de la voz, la particularidad del habla, el acento de la cuna. Todas estas cuestiones ayudan a descubrir a una persona. La tonada santiagueña distingue a Oscar Trejo. Desde hace dos años Toulouse es su casa, y no es un detalle menor, porque es la primera vez, después de ocho temporadas en el Viejo Continente, que logra establecerse en un lugar. Cuenta su historia con una naturalidad que convence. Resulta genuina su angustia por la mala determinación de haber dejado Boca, con tan sólo 18 años y por la famosa patria potestad. Se lo escucha cristalino cuando cuenta que le cambió la vida estar en Europa. No se imposta nada.
Tiene ya 27 años y puede mirar su pasado con otra perspectiva. Salió de manera intempestiva de Boca. Insiste en que estuvo mal asesorado y por eso se fue del club que ama. Entiende que esa determinación lo dejó afuera, por ejemplo, de las consideraciones de la selección. Pero todo lo hace desde un lugar de reflexión, nada de reclamos o pataleos. Disfruta, porque su carrera lo llevó por lugares que no hubiera imaginado: Mallorca, Elche, Rayo Vallecano y Sporting de Gijón. Pero su corazón está en la Ribera y la voz se le ilumina cuando habla de su club y de Carlos Tevez, su ídolo máximo.
-Llevás demasiados años en Europa, construiste casi tu carrera afuera, ¿cómo fue la adaptación a tanta vuelta por España y ahora en Francia?
-Me tocó la oportunidad de llegar a los 18 años a Europa. Mi sueño era jugar en la primera de Boca, porque siempre fui hincha, para mí era un sueño estar ahí. Pero por diferentes situaciones y otro poco por estar mal asesorado, decidí irme del club. Al principio el cambio de ritmo en el juego, más los cambios culturales, me impactaron. Pero con el paso del tiempo me fui acomodando a las rutinas y las costumbres. Por eso me siento muy bien.
-Tu salto como jugador lo hiciste en España, ¿qué sentís que te enseñó el llegar a ese fútbol?
-Estaba acostumbrado al ritmo de vida de Buenos Aires y acá, en Europa, todo es muy diferente. Se prioriza mucho al cuidado personal, los detalles de la alimentación, los descansos. Hay muchas cosas que en la Argentina, al estar con la familia o con amigos, uno no se ocupa demasiado. Un poco me costó, porque el juego era más directo, más vertical. Por suerte tuve muchos compañeros argentinos, que me ayudaron mucho. En Mallorca, éramos una banda terrible. Pero siempre me acuerdo de Jonás Gutiérrez y Maxi López, que me han dado una súper mano, a mí y a mi familia. Hasta el día de hoy tengo una buena relación. Ellos me ayudaron a adaptarme a la vida en Europa.
-Y este proceso en Francia, ¿cómo lo tomás?
-El primer año que llegué, fue fuerte. Yo había preguntado cómo era la liga y la verdad es que me encontré con un juego muy físico, de mucho contacto y fuerza. Es diferente a España donde se prioriza la posesión. Acá todo es más directo y se piensa mucho en apostar a la segunda jugada.
-Para adaptarte, ¿tuviste que cambiar tus rutinas de entrenamiento y tu alimentación?
-En el club en el que estoy hay muy buenos jugadores. El entrenador da muchas libertades a los jugadores ofensivos y eso me favorece. Pero sin duda que desde que llegué acá volví a actualizar mi alimentación y mis cuidados, porque eso es fundamental. Siempre tuve referentes y siempre me gustó preguntarles cosas a los jugadores a los que respeto. Por ejemplo, en Mallorca, era compañero de Ariel Ibagaza, que para mí era un ídolo. Me ayudó mucho y siempre me supo aconsejar. Uno fue aprendiendo y ahora trata de imitar a los jugadores que a uno lo han marcado. Eso me ayuda a crecer.
-Estás en un equipo en donde brilló Alberto Márcico, un referente de Boca, ¿lo pensaste cuando llegaste?
-Cuando llegué fue lo primero que me preguntaron y les dije que sí, porque somos una familia toda de Boca. Siempre seguimos a Boca. Cuando llegué aquí al Beto lo tienen como un ídolo y en el vestuario hay cuadros de él colgados. Por eso cuando entro, miro los cuadros y le pido que me ayude para ser la mitad de lo que él fue aquí.
-Ahora que ya pasó el tiempo y pudiste analizar todo, ¿te hubiera gustado jugar más en Boca?
-Sin dudas. Siempre lo pienso. Van a pasar los años y voy a seguir pensando en eso. Pero no puedo seguir siempre así. Porque en aquel momento estaba mal asesorado. Por suerte, dentro de ese momento malo, pude conocer España y Francia, dos países que para mí eran súper lejanos. Algunas veces las malas determinaciones te hacen madurar y aprender. Yo confié mucho en esa persona que me decía que no firme con Boca y que me vaya a España. Lamentablemente era chico, estaba solo en Buenos Aires… Pero bueno. Uno siempre ve a Boca a la distancia. Hace dos años estuve en la cancha y fue una locura.
-Este contexto, con la vuelta de Carlitos Tevez, debe ser un incentivo más para querer volver…
-Sí, pero han pasado los años y yo tampoco tuve más la chance de hablar con los dirigentes de Boca. Siempre he dicho y se lo hice saber a la gente que ahora me maneja, que la única chance que no dudaría en aceptar para regresar a la Argentina es si me quieren de Boca. Es algo que deseo y quiero. Sé lo que es el mundo de Boca y lo que genera. Todos somos de Boca.
-¿Tenés recuerdos de haber jugado clásicos contra River?
-Estuve en el banco siempre. Jugué muchos en la reserva. La experiencia de estar en esos partidos, es algo único. Estoy feliz porque en poco tiempo, pude compartir con muchos cracks. Por suerte, compartir espacio con Palermo, Palacio, Guillermo. Es algo increíble.
-Qué te pasó cuando viste la Bombonera que explotaba con la vuelta de Tevez, ¿pudiste compartir equipo con él?
-Llegué a conocerlo en Boca. Es mi ídolo máximo. Me acuerdo que cuando yo estaba en las inferiores, un día la gente de Nike nos llamó para darnos unos botines y algo de ropa. El día que fui a buscar mis cosas, estaba acompañado por mi papi (sic), y justo estaba Tevez con sus amigos y hermanos. Me moría de la vergüenza de pedirle un autógrafo o una camiseta. Entonces, le dije al chico del local, si le podía pedir a Carlitos que me firme la camiseta. Ahí nomás me busca él (por Tevez), me pregunta cómo me llamaba y si jugaba en Boca. Yo le dije que sí y charlamos un poquito. Entonces, Calitos sacó una camiseta del local, la firmó, me puso con cariño para Oscar y nos sacamos una foto. Esa foto y la camiseta las hice encuadrar y las tengo en Santiago. Ha sido lo más lindo que me ha pasado. Para mí él es lo máximo, es todo, es un crack. Lo admiro muchísimo. Cuando vi la Bombonera explotaba estaba emocionado. Vi todo lo que pasó en por computadora y sigo todos los partido que juega Boca.
-Esa salida de Boca, ¿sentís que también te dejó sin chances en la Selección?
-Pienso que un poco sí. Es que al principio estuve cuatro meses sin jugar, porque estaba esperando que Boca mande el transfer. La primera vez me citaron de la Sub 15, pero antes del Mundial me lesioné la espalda y me quedé afuera. Después me citaron también para el Sub 18, después para un pre selecctivo para el Sub 20 y cuando presentan la lista de esa Selección, en la que estaba, pasó lo de mi salida de Boca y en este tiempo me voy a Mallorca. Desde ahí nunca más me han vuelto a citar. Es una lástima, porque de aquella citación del Sub 20 estaba tan cerca de poder quedar… Me dio mucha tristeza.
-¿Qué proyectás para vos en Europa?
-Es el primer club en donde voy a estar más de dos años. Entiendo que es una buena señal. Siento que en el club me quieren y me dan confianza. Por eso me planteo hacer el mejor año, de poder jugar mucho, hacer más goles y tratar de que el equipo esté más cómodo con el tema del descenso.
-¿Por qué entendés que ahora sí vas a estar más tiempo en un club?
-Me parece que puede ser que uno está más maduro. Además, ahora tenía chances de irme, pero el club quería que me quede. Y esas cosas están muy bien para la confianza de uno. La familia también está bien y eso es importante. Todo se dio para que me quede y eso me deja muy tranquilo. Espero explotar definitivamente.
Fuente: Goal.com