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Tony, el joven sirio refugiado que juega al fútbol en Güemes

Con 15 años, tuvo que abandonar su hogar por la guerra y hace un mes que está en Santiago.

05/02/2016

Damasco es una de las ciudades más tradicionales de Siria. Es la segunda más grande después de Alepo. Y también es una de las más afectadas por la guerra, esa que ya lleva más de cuatro años y que interrumpió la niñez de Antonius Alzein.

"Tony" cumplió 15 años el 28 de enero pasado y recién ahora su sonrisa parece sincera y plena. Es que hace un mes que está en Santiago del Estero. Vino con su papá, George Alzein, y su mamá, Lina Hadad.

"Saben todos los problemas que hay allá, no tuvieron otra que abandonar su casa, el hogar. Lo hicieron por el miedo. Tanto destrozo, tantos muertos, tantas bombas, misiles. La gente se viene por miedo", cuenta Antonio Mukdise, tío de "Tony" (su mujer es hermana de Lina, la mamá de "Tony"), quien acogió a los refugiados en su hogar del barrio Cabildo.

Antonio hace 45 años que vive en Santiago y es pariente de Eduardo Makhoul, presidente del club Güemes. Y allí surgió la idea de que "Tony" entrene en las divisiones formativas del Gaucho, que comanda el entrenador nacional Diego Piedra.

"Siempre jugué a la pelota, desde chico lo hago. Me gusta mucho el fútbol. De los jugadores que veo por la tele, el que más me gusta es Messi", dice "Tony", quien todavía no habla castellano, pero está aprendiendo.

Felicidad

A "Tony" le gusta tanto el fútbol que le genera una gran felicidad. Esa que le faltó desde niño. Por eso, a pesar de que ya conoce Tucumán, Las Termas y varios lugares atractivos de la ciudad Capital, cuando uno le pregunta qué lugar le gusta más, no duda en responder: "Güemes". Y se define como un "enamorado del club". Ese mismo amor que dice sentir por Boca Juniors, el club del que se hizo fanático.

"Mis compañeros me recibieron muy bien. Estoy muy contento y muy conforme", dice "Tony" sin que se le borre la sonrisa de su rostro.

Su tío es el que lo lleva todos los días a practicar y se pone contento porque el entrenador le cuenta los progresos de "Tony".

Y como tampoco quiere que pierda su carrera, Antonio Mukdise está tramitando para que reciban a su sobrino en un colegio, así pueda aprender el idioma y terminar la secundaria.

"Como no hacía nada, para que no se aburra lo llevé a entrenar. Ahora, aunque estudie, no va a dejar", asegura su tío. Y así será, porque "Tony" está aprendiendo a ser feliz gracias a la pelota.