La artista de Boston Julia Powell adoptó al perrito estéticamente inclinado cuando tenía siete semanas de edad. Un día, Powell encontró a Ella viendo una de sus pinturas. Ella grabó la adorable escena y subió el video a Instagram. Ahora, es algo que Ella hace regularmente. “Ella pasaba dos minutos frente un lienzo y continuaba con sus actividades perrunas”, cuenta Powell.
Ahora Powell comparte los videos de la mirada de Ella con la leyenda, “Cuando entras a tu estudio y uno de tus perros está viendo tu obra, y ella te ve como si la estuvieras interrumpiendo… Mi perro, Ella Fitzgerald, crítica de arte enojona”.
Cuando ve las obras, Ella parece hacer bizco. Una vez que nota a Powell, sus ojos regresan a su tamaño normal y visiblemente cambia, como un crítico lo haría si alguien los atrapa con la guardia baja, perdido en la belleza de una pintura.
Powell notó que Ella "particularmente gusta del agua" y la artista actualmente está trabajando en un "óleo a gran escala que muestra agua de cierta manera".
"Ella duerme en mi cama todas las noches y es muy leal conmigo, así que el hecho de que yo haya pintado las obras hace una diferencia para ella", dice Powell. "Cuando pinto en mi estudio ella entra y descansa junto a mí o ve las pinturas, creo que es una manera como ella se une conmigo".