El presidente, por un tiempo más deberá volar en servicios alquilados o en líneas comerciales.
La revolución de los aviones no llega a la Presidencia. Más allá de que los argentinos de a poco tienen más opciones para moverse en avión, Mauricio Macri deberá conformarse con lo que tiene hasta ahora. Por un tiempo más deberá volar en servicios alquilados o en líneas comerciales cuando viaje al exterior.
El Gobierno dio por caída la licitación que había lanzado hace poco más de un año para reemplazar el Tango 01 y abrió un nuevo proceso con algunos cambios en la requisitoria.
Según confiaron fuentes cercanas a la presidencia, la idea es tenerlo en la Argentina entre mayo y agosto. Según la versión oficial, ninguno de los anteriores oferentes cumplió con todos los requisitos técnicos. Sin embargo, nada parece tan lineal.
Al igual que en el primer llamado, en el Gobierno optaron por un organismo internacional para que comande el proceso. La encargada será nuevamente la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), una dependencia de las Naciones Unidas destinada a estudiar el tráfico y garantizar la seguridad aérea, entre otros objetivos, con sede en Montreal, Canadá. Ayer, varios interesados en participar recibieron una comunicación: tendrán tiempo hasta el 5 de febrero para presentar sus candidatos.
La confirmación de la caída de aquella licitación tuvo un pequeño anuncio en el Boletín Oficial. "Atento a que el proceso llevado a cabo por OACI bajo el número 22501812 no fue satisfactorio conforme las necesidades objeto del mismo, se procederá con un nuevo procedimiento a través de la mencionada organización bajo la misma modalidad con el número 22501911", dice el anuncio firmado por Tomas Insausti, número uno de la Administración Nacional de Aviación Civil.
Si bien la OACI no realiza este tipo de búsquedas, el organismo continuará el proceso de compra. La operación es inédita. Sucede que se trata de un organismo de consulta en el mundo aerocomercial internacional. Sin embargo, pese a que la necesidad exista, comprar un avión presidencial en épocas de ajuste no parece un tentempié demasiado digerible para una sociedad que acusa el golpe al bolsillo. Hay un condimento más. La familia presidencial tuvo hasta hace poco menos de dos años una empresa de aviación, Macair, que además de taxi aéreo, compraba y vendía aviones para el mercado local y regional. La contratación de la OACI para el proceso tiene un propósito claro. Al menos, que la operación tenga tintes de transparencia.
De acuerdo a los datos de la Secretaría General de la Presidencia, que maneja Fernando De Andreis, en la licitación anterior hubo una primera selección en la que quedaron nueve aeronaves con posibilidades de ser renombradas Tango 01. Dos pasaron a la final. Uno de ellos, un Boeing ejecutivo que pertenecía a Hyundai, parecía ser el caballo del comisario. Pero por alguna razón, que no trascendió, fue descartado. Cuentan que hubo algunos funcionarios que desaconsejaron la compra. Y no por motivos aeronáuticos sino políticos. "Demasiado lujo", respondió uno de ellos.
La opción era dar por caída la iniciativa e ir por una nueva. Eso se hizo. Según lo poco que ha trascendido, habrá nuevas especificaciones para interesar a otros dueños de aviones. Esta vez, la aeronave deberá tener una vida útil de alrededor de 90%, por lo tanto la opción es por uno con muy poco uso. Además, deberá tener una cantidad mínima de 13 plazas. "Eso si que cambia la anterior porque van a poder competir aviones más chicos, aunque no por eso más baratos", dijo un conocedor de la primera licitación.
Pero la compra del avión presidencial no está exenta de polémica. No son pocos los que dicen que el nuevo llamado está dirigido a un Global Express fabricado por la canadiense Bombardier que ya tendría el mote de fija.
Por ahora, aquel lujoso BBJ quedó descartado. Mientras tanto, el presidente Macri sumará millas en las aerolíneas comerciales o en su caso, podrá imitar a su antecesora Cristina Kirchner , que el último tiempo de su mandato utilizó jet privados para salir del país.