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Paula Chaves habló sobre la depresión que vivió su madre

"Acompañar a un adicto no es fácil" dijo la conductora en relación al difícil momento que le tocó vivir con su mamá mientras nacían sus hijos Olivia y Baltazar.

05/04/2018

Mientras nacían sus hijos Olivia y Baltazar, la mamá de Paula Chaves, Alejandra, cayó en una profunda depresión que la llevó por los caminos más oscuros.

La conductora, que el próximo domingo a las 22.30 arranca con "Bake off" por Telefe, por primera vez se refirió de la difícil situación que vivió en los últimos años.

"Mi vieja me tuvo a los 22. Pasó años entregada a sus hijos y a la casa. Un día, entrados los 2000 y después de un derrotero de situaciones y habernos fundido económicamente, ella y papá se separan. ¡Me pegó tan duro! Me enojé mucho con los dos estuve muy angustiada. Con decirte que hasta el día de hoy mi sueño es volver a verlos juntos... En fin. Mamá, con cuarenta y pico, se vio sola. Sin profesión. Sin saber hacer nada. Y se deprimió. Comenzó a tener actitudes raras y debió recibir atenciones psiquiátricas. Mis hermanos (Delfina y Gonzalo), que todavía eran chicos, decidieron vivir con papá. Yo estaba embarazada de Oli y me molestaba mucho con ella: "¡Má, no puedo creer que llores! ¡Debés estar bien, por nosotros!". Al poco tiempo buscó alivio en el alcohol. Después comenzó a tomar dosis dobles de antidepresivos, a mezclarlas con la bebida, y entonces se perdió. Porque todos los adictos necesitan tocar fondo", comenzó con su relato en una nota con revista Gente.

En ese momento tuvo que dejar de lado los enojos y reaccionar: "Cuando entramos en su casa y la vimos, en un cuadro tremendo, con la frente lastimada, supimos que no había otra opción más que la internación. Mamá estaba en peligro. Yo misma, embarazada de Balta, la llevé a la comunidad terapéutica. Con todo el dolor que implicaba: estaba tratando de ayudar a mi vieja en el momento en que yo más la necesitaba. Me iba de ahí preguntándome: "¿Volverá a ser mi mamá de antes?". Cuatro meses después nació Balta. Ella había comenzado la desintoxicación, que es algo muy difícil, y no pude ir a verla".

Y luego remarcó: "Acompañar a un adicto no es fácil, porque nunca hay respuestas a tantas reacciones: nada es blanco o negro. La salvación está en la internación, aunque debamos obligarlos. A los afectos de quienes padecen una adicción les digo: busquen ayuda en los grupos de contención para familiares. Hay que sacarse la vergüenza y los prejuicios del "qué dirán". Muchas veces, después de las charlas, me secaba la cara y me iba al canal. Déjense ayudar, porque eso ayuda. Es un camino desgastante, pero posible".

Al ser consultada sobre cómo se encuentra hoy, dijo: "Después de un año y medio de tratamiento volvió a Lobos con mi tía Claudia, donde pasó algunos meses. Si hoy soy más feliz es porque la veo feliz. Recuperamos a la mamá que nos acompañaba de cerca, que estaba pendiente en la primera fila de los actos del colegio, la que nos enseñó a cocinar y a comer saludable. Mi vieja pelea fuerte, porque es una lucha diaria. Como buena budista, quiere ayudar a los demás. Hoy se mudó a Las Cañitas, y está empeñada en conseguir trabajo. Te juro que la veo atendiendo un local: es súper confiable y muy carismática. ¡Y está tan linda...! Ella fue modelo publicitaria, salió Reina Nacional de la Flor y hasta trabajó con Tato Bores. Siempre contaba cuentos de cuando Cris Morena y ella viajaban juntas en colectivo para presentarse a los castings", finalizó Paula.