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Trump redobla la guerra con China y amenaza con aranceles millonarios

Equivale a la mitad de las importaciones de Beijing. Sigue a otra represalia por unos US$ 50.000 millones anunciada la semana pasada.

20/06/2018

China sube la apuesta en el póker comercial que despliega con Estados Unidos y que amenaza con alterar el orden global. Mientras el presidente Donald Trump anunció que su país arancelará con un 10% productos chinos por un valor de US$200.000 millones, la represalia de Beijing no se hizo esperar y ayer su gobierno advirtió que luchará “con medidas exhaustivas” en represalia contra los nuevos aranceles. Se estima que el golpe chino se atacaría productos tangibles sino las operaciones de empresas estadounidenses.

La apuesta de Trump generó temores de que las pérdidas, limitadas hasta el momento a los aumentos de aranceles estadounidenses o chinos, puedan extenderse si la disputa enfría el comercio global. El viernes último, cuando Trump lanzó la primera piedra de esta guerra comercial, el precio de la soja cayó un 6,58%, mostrando que el choque también golpea el mercado de las commodities.

Ayer, el consejero de la Casa Blanca Peter Navarro estimó que en esta guerra “China tiene más para perder que Estados Unidos” y que el impacto de los aranceles recíprocos sobre los consumidores estadounidenses será limitado.

Si Trump lleva a cabo sus amenazas, en total se vería afectada la mitad del volumen de importaciones desde China. El año pasado, el gigante asiático vendió a Estados Unidos mercancías por valor de 505.000 millones de dólares, en tanto que China importó bienes estadounidenses por un monto de 130.000 millones.

Trump ha hecho de la reducción del déficit comercial uno de sus caballos de batalla y además acusa a China de favorecer con subsidios a sus propias empresas y de robar tecnología.

El enfrentamiento llega así a un nuevo nivel después de que el pasado viernes Trump ya anunciara aranceles de un 25% sobre 1.102 productos chinos por valor de 50.000 millones de dólares. China respondió entonces aplicando igual medida a productos estadounidenses.

Las Bolsas asiáticas se vieron afectadas por los anuncios y el índice de Shanghai perdió casi un 4% hasta el cierre. El Hang Seng de Hong Kong retrocedió a su vez un 2,7%. Los precios de las acciones en el mundo cayeron tras el anuncio de Trump. El índice referente de China bajó 3,8% y el de Hong Kong 2,8%. En Europa, el principal índice alemán cayó 1,3% y el de Francia 1,1%.

Ayer, Trump aseguró que había pedido a su representante de Comercio, Robert Lighthizer, que determine qué productos se verán afectados. “Estados Unidos inició una guerra comercial y violó las reglas del mercado”, aseguró un portavoz del Ministerio de Comercio chino, que calificó la actuación estadounidense como “un chantaje”.

Si se aplica el aumento de aranceles, “China deberá tomar medidas exhaustivas que combinen cantidad y calidad”, dijo el comunicado. El texto no abunda en detalles, pero la desequilibrada balanza comercial de China con Estados Unidos significa que Beijing no importa suficientes bienes estadounidenses para cumplir su estrategia de igualar la magnitud de los aumentos de Trump. Las compras de bienes estadounidenses por China totalizaron 153.900 millones de dólares el año pasado. Eso significa que quedan 120.000 millones de dólares para un aumento de aranceles, lo cual no equipara el blanco de Trump de 200.000 millones.

La mención de las “medidas exhaustivas” indica que Beijing podría ir más allá de los aranceles, según Jake Parker, vicepresidente para operaciones con China del Consejo Comercial EEUU-China. La economía fuertemente regulada de China brinda a las autoridades la oportunidad de paralizar las empresas con investigaciones impositivas, antimonopólicas y de otro tipo. “China podría atacar a las empresas estadounidenses mediante políticas impositivas y regulatorias”, dijo Citigroup en un informe.

Diversos analistas estiman que Beijing podría golpear el intercambio en servicios entre los dos países más que productos tangibles. Eso significa, por ejemplo, imponer tarifas en el turismo o en la educación, industrias de las cuales Estados Unidos se beneficia mucho más que China.

También el gobierno chino podría hacer la vida difícil a grandes empresas estadounidenses que descansan en el mercado del gigante asiático para aumentar sustancialmente sus ganancias. Beijing ya había mostrado su determinación a esas represalias durante un período de tensión, el último año, con Corea del Sur. Por el momento, marcas globales como Apple, GM y Boeing generan amplias sumas de ventas en China.

El mandatario dijo que tiene una excelente relación con su colega Xi Jinping. “Pero Estados Unidos ya no dejará que se aprovechen de él China u otros países del mundo”, añadió.

Los expertos temen graves consecuencias para la economía mundial si la espiral de sanciones mutuas sigue escalando. Trump ya había anunciado previamente también aranceles al acero y el aluminio procedentes de México, Canadá y la Unión Europea. Ahora, los economistas creen que las represalias afectarán al planeta.

El FMI alertó de consecuencias negativas para los consumidores, inversores y en los mercados financieros. El conflicto ya produjo malas noticias para los productores de materias primas. Al conocerse el choque comercial, el viernes, se derrumbó el precio de la soja en la Bolsa de Chicago con una caída de 6,58% frente a los niveles de la semana pasada y arrastró a los otros granos.