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Marzo de 2024
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Locales

Generación Urbana: Max Manrique y la fotografía callejera

En este nuevo capítulo vas a conocer a uno de los jóvenes fotógrafos que incursionan en el arte callejero.

12/07/2018

Bienvenidos a un nuevo capítulo de Generación Urbana; el segmento en el que mostramos las movidas culturales en nuestra provincia.

Ya pasamos por el rap, el hip hop, el trap, el tatuaje; entre otros; es el momento de mostrar al personaje que muchas veces es el encargado de retratar a otros artistas y visibilizarlos: los fotógrafos.

Max Manrique es un joven que se dedica a recorrer las calles de la ciudad, "disparando" con su cámara todo lo que le llama la atención. 

Así, con mucha gente como él, en Santiago del Estero, hay un grupo de nóveles fotógrafos que reflotaron el concepto de "fotografía urbana"; definiéndose como la encargada de retratar todo aquel detalle que muchas veces pasa desapercibido.

Si bien hay quienes hacen lo que sería “fotografía urbana” algunos se sumergen en ciertos ambientes o prácticas no tan comunes (géneros músicales o de teatro under o prácticas deportivas, como el skating o bicicross).

El auge de teléfonos celulares con mejores cámaras de fotos y cámaras fotográficas digitales con mejores prestaciones, provocó una democratización de “capturar imágenes” por lo que éste género tuvo un crecimiento espectacular.

Pero para entender o acercarnos a lo que se define como fotografía urbana, dejamos aquí un breve concepto:

“La fotografía urbana se trata de un tipo de fotografía que tiene lugar en la urbe (ciudad), como su propio nombre indica, pero que no se centra en la ciudad, sino en los habitantes de la ciudad y la forma en la que éstos viven, se desenvuelven, interactúan y disfrutan en la ciudad.

Se trata de una fotografía que se desarrolla en lugares públicos, que cuenta con una importante dosis de espontaneidad por parte de los protagonistas y de instinto por parte del fotógrafo y que requiere de un equipo mínimo para que la fotografía resulte lo más natural posible y el fotógrafo pueda pasar completamente desapercibido.

La única regla que ha de seguir esta fotografía es que nunca, bajo ningún concepto, el fotógrafo puede intervenir en la escena o pedir una pose concreta, ya que se perdería la naturalidad, libertad y frescura que tiene esta fotografía”.