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Tucumán: una joven murió en un enfrentamiento entre clanes en "La Bombilla"

Cinthia Pereyra, de 26 años, iba con su hijo de 4 en moto y recibió un disparo. Crece la violencia en el Barrio Juan XXIII.

10/08/2018

Cinthia Pereyra, de 26 años, circulaba con su hijo de 4 en moto por una calle del barrio Juan XXIII , más conocido como “La Bombilla”. De pronto, según relataron los vecinos, se escucharon gritos, disparos y, por último, llantos de una niña.

Era el niño, que le imploraba en vano a su madre para que se levantara. Cinthia había perdido la vida casi de manera instantánea por el disparo que le ingresó por debajo de la axila izquierda.

Según consignó La Gaceta, personal de la División Homicidios trataba de dar con los protagonistas del enfrentamiento. “Ella no tenía nada que ver. Fueron los güachos c... r... esos que van por ahí”, aseguró Karen Flores, prima de la víctima mientras señalaba a un grupo de “soldaditos” (adictos a servicio de los narcos) que seguían de cerca el trabajo de los investigadores.

A primera hora de la tarde, los “soldaditos” de los Correa se enfrentaron con los Chuby, que son parientes de la joven asesinada. En medio del tiroteo quedó la víctima y, después de que se dieron cuenta de lo que habían hecho, los protagonistas del choque armado huyeron rápidamente. De acuerdo con la versión de los investigadores, amenazaron a los vecinos para que no dieran detalles.

“No sabemos bien qué pasó. Ella venía caminando con el chiquito. Escuchamos los tiros y unos gritos. Salimos corriendo y nos encontramos con ella tirada en medio de un charco de sangre. Quiero denunciar que la Policía no la quiso llevar. Hizo abandono de persona. Ahora me gustaría que vayan a preguntarle lo que siente esa criatura por lo que le hicieron a su hermana”, indicó la joven.

Karen, al principio, dudó en aportar detalles del crimen, pero después no pudo aguantar y se explayó. “El año pasado ellos mataron a mi hermano, José Luis Suárez, y no pasó nada. Todo por la droga. Ese es el problema de lo que pasa aquí”, explicó.

En base a los testimonios que recogieron los pesquisas en el barrio, todos los que se enfrentaron son menores de edad. Señalan al autor del hecho como un tal “Maxi”, de 14 años (es inimputable) e hijo de una tal “Gorda Paola”, que tendría antecedentes de dirigir “quioscos” de drogas en la zona. El otro bando estaba integrado por miembros de los Chuby que fueron procesados en varias oportunidades por droga.

Los pesquisas sabían que en cualquier momento se podría producir una escalada de violencia en ese barrio. Al haberse desarticulado los clanes de los Reyna y de los Farías, los grupos que estaban bajo su sombra estarían buscando crecer para quedarse con el negocio.