El Vaticano calificó el abuso sexual descrito en un gran jurado en Pensilvania como "criminal y moralmente reprensible".
En una declaración dada a conocer el jueves por la noche, el vocero del Vaticano Greg Burke dijo que "esos actos fueron traiciones de confianza que robaron a los sobrevivientes su dignidad y su fe".
Dijo que las víctimas deberían saber que el Papa Francisco está de su lado.