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Abril de 2024
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Armani y Campaña cerraron sus arcos con atajadas espectaculares

El de Independiente tuvo más acción, pero el de River apareció en momentos decisivos.

19/09/2018

No hubo precauciones. No se midieron. Salieron desde el minuto cero con la cara descubierta. Y al ataque.

River fue el que tomó las riendas en el choque de ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores en Avellaneda. Independiente fue punzante cada vez que pisó el área rival. Pero los arqueros, grandes figuras de cada equipo, volvieron a demostrar que están en un gran momento.

El que más acción tuvo en el primer tiempo fue Martín Campaña. A los dos minutos ya tuvo que revolcarse para sacar un remate cruzado de Montiel, que llegó hasta el fondo con profundidad.

A los 5 minutos, otra vez apareció para neutralizar un disparo de Lucas Pratto. A los 19, fue Santos Borre el que llegó gambeteando al fondo por izquierda y el arquero volvió a bloquear el tiro.

A los 27, llegó la jugada más difícil. Tras una desatención en el fondo. Figal demoró la salida, perdió la pelota, que derivó en el Pity Martínez, solito por izquierdo. El 10 sacó un zurdazo seco y potente. Y otra vez Campaña cerró el arco.

En la vereda de enfrente, Franco Armani dijo presente en las dos acciones que tuvo que aparecer en la primera mitad.

Maximiliano Meza sacó un derechazo combado que pegó en el ángulo y, en el rebote, impidió que Gigliotti la empujara al gol. Minutos más tarde también se lució con un cabezazo bombeado de Fabricio Bustos. El arquero de Casilda alcanzó a puntear justo el balón y lo sacó por arriba al córner.

En el complemento se invirtieron los roles. Y fue Armani el que se puso la capa de superhéroe. Iban 13 minutos e Independiente ya había equilibrado el trámite. El uruguayo Silva (ingresado para el segundo tiempo) había estrellado un remate en el palo. Y enseguida volvió a llegar a fondo el equipo de Holan con una buena jugada por izquierda.

Cortó el tucumano Pablo Hernández, cedió rápido para Maxi Meza, y de primera cedió al medio para dejar a Gigliotti de cara al gol. El Puma se tiró y todos empezaron a festejar. Era gol. No había manera de que el arquero pudiera reaccionar. Ya había sido superado por el pase rasante de Meza. Pero Armani lo hizo de nuevo.

Con unos reflejos notables, voló y bloqueó el disparo de Gigliotti, que se quedó lamentando y sin poder creer la tremenda atajada del arquero de River.