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Confirman que los perros tienen un “reloj interno” que indica cuándo es la hora de la comida

También saben el momento de salir a pasear. Es la conclusión de una investigación que estudió las funciones del lóbulo temporal del cerebro de los animales.

31/10/2018

La corteza entorrinal está localizada en el lóbulo temporal medio del cerebro, encargado de centralizar la actividad del sistema nervioso. Esta parte de una de los órganos más complejos del cuerpo de la gran mayoría de animales desempeña un papel muy importante en la memoria y la orientación no sólo de la especie humana, sino también de otras como los ratones o los perros.

Esta es la principal conclusión de un estudio elaborado por investigadores de la Northwestern University (Estados Unidos) que revela que algunos animales tienen una representación explícita del tiempo en su cerebro, es decir, saben en cada momento qué hora es. Los resultados de este trabajo han sido publicados este mes de octubre en la revista especializada Nature Neuroscience y confirman lo que casi todo dueño de un perro ya sabía por intuición.

Para la elaboración del estudio, los investigadores midieron la actividad de la corteza entorrinal de un grupo de ratones en un entorno virtual. En concreto, los animales debían hacer girar una rueda durante seis segundos a fin de abrir una puerta que les permitiría acceder a un premio en forma de comida.

Tras este primer experimento, los expertos modificaron el escenario con el que los ratones se habían familiarizado previamente y eliminaron la puerta. No obstante, los animales siguieron corriendo sobre la rueda durante seis segundos y posicionándose inmediatamente después ante la puerta –ahora invisible- para obtener la recompensa, exactamente igual que lo habían hecho antes.

A juicio de los expertos, esto prueba que los ratones son capaces de controlar tanto el espacio como el tiempo, pues no es sino usando su propio reloj interno que pueden saber exactamente en qué momento se abrirá la nueva puerta que no ven.

Los autores del trabajo explican que es precisamente por esto por lo que algunas mascotas ladran, se ponen nerviosas e incluso persiguen a sus propietarios cuando es la hora de salir a pasear o de comer, ya que saben exactamente las horas que han pasado desde la última vez que lo hicieron gracias a esta especie de células del tiempo contenidas en la corteza entorrinal de su cerebro.

“Este es uno de los experimentos más convincentes para demostrar que los animales realmente tienen una representación explícita del tiempo en sus cerebros cuando se los desafía a medir un intervalo de tiempo”, explica Daniel Dombeck, neurobiólogo de la Universidad de Northwestern y coautor del trabajo.

En 2012, otro grupo de neurobiólogos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) consiguió monitorizar la actividad neuronal en el punto en el que se estaban formando recuerdos de un grupo de personas y advirtió que, cuando estimulaban las fibras nerviosas de las cortezas entorrinales de los pacientes, estos mejoraban su capacidad de memorizar y eran capaces de ubicarse mejor y de reconocer señales más rápidamente.

Por ello, los autores del trabajo publicado ahora aseguran que el hallazgo podría tenerse en cuenta en la investigación de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, ya que es la corteza entorrinal una de las primeras áreas del cerebro que se ven afectadas por esta enfermedad.