Vecinos de Norte Grande realizaron un cordón y fueron ellos también los que ingresaron al río para buscar a Exequiel.
Una mezcla de inmensa tristeza con incertidumbre, esperanzas y mucho malestar es lo que atraviesan desde el sábado familiares y amigos del pequeño Exequiel, el niño de 10 años que desapareció en el río Arenales. Mientras se bañaba junto a unos amigos a la orilla del contaminante río que nace en el departamento de Rosario de Lerma, desde entonces no pudieron localizar el cuerpo del menor.
Desde el lugar donde desapareció el niño, a la altura del cerro Bola, desplazaron la búsqueda hasta unos 10 kilómetros aguas abajo, versiones encontradas señalaron por parte de la Policía y organismos oficiales que desde un primer momento se efectuó un arduo trabajo que siguió con el correr de las horas, sin embargo familiares y amigos del pequeño acusaron al Estado provincial de desentenderse del grave hecho. A raíz del enorme malestar vecinos de Norte Grande decidieron cortar el puente de la avenida Pontussi, en el barrio Solidaridad.
Alguno de los sectores rastrillados por diversas áreas como Bomberos Voluntarios Martín Miguel de Gemes, Policía de la Provincia, División Lacustre y el servicio de emergencias municipal, desplazaron el personal desde el sector del cerro Bola hasta el puente de Solidaridad, otros grupos ingresaron en el Vertedero San Javier siguiendo hasta la finca Ovejero y pasando La Isla. En la jornada de ayer se trabajó hasta que la luz del día acompañó en tanto que hoy continuarán con la misma desde las primeras horas de la mañana.
Uno de los datos importantes que emergieron en las primeras horas del trágico episodio fue el alerta de dos pescadores quienes habrían observado el cuerpito de Exequiel con dirección al Vertedero San Javier. Personal policial en plena búsqueda intentó seguir los rastros por el lugar descripto por los pescadores el sábado por la noche sin embargo no hubo novedades.
Lo ocurrido con el menor es un problema de larga data. En más de una oportunidad personas, por lo general menores, terminaron siendo víctimas de las fuertes corrientes que transitan debajo de la superficie del Arenales. La situación no es ajena al Estado provincial y sus organismos encargados de prevenir, sin embargo tampoco debería ser ajeno al centenar de personas que suelen concurrir a ese tipo de lugares, escenarios marcados por tristes hechos de niños, jóvenes y adultos ahogados.