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Acusan al exconfesor de Julio Grassi de emborrachar a chicos para tener sexo con ellos

Lo declaró un exintegrante de un grupo juvenil en la causa que investiga a Eduardo Lorenzo. También asegura que consumaba el acto sexual con ellos dentro de su bolsa de dormir en los campamentos.

11/07/2019

En los últimos días se sumaron nuevos testimonios a la causa que se le sigue al excapellán del Servicio Penitenciario Eduardo Lorenzo por abuso sexual. Las declaraciones lo ubican como responsable de agresiones en otros escenarios, y se efectuaron en la fiscalía 1 de La Plata. El caso del exconfesor del cura condenado por corrupción de menores -Julio César Grassi- fue revelado por TN. A partir de las imágenes difundidas por este medio, otras víctimas se animaron a hablar.

Un declarante que identificaremos como D. se presentó ante la justicia con un escrito donde relata "las inconductas sexuales con menores de edad y desórdenes en la vida de Eduardo Lorenzo". El joven se refiere a la ingesta descontrolada de alcohol y la provisión de bebidas a los "chicos del grupo".

D. se refiere a un grupo parroquial de chicos de entre 15 a 16 años de la parroquia San Benito de Olmos. "En ese lapso, llegué a asistir a tres campamentos y convivencias, que el cura organizaba siempre con varones, nunca con chicas que jamás eran integradas a ese grupo".

El testigo dice que en los tres campamentos "pasaron cosas". "El cura se bañaba con menores en su baño privado, los manoseaba dentro de sus bolsas de dormir en la carpa, manoseos de índole clara e inequívocamente sexual", precisa.

D. recuerda que el sacerdote invitaba a los chicos a quedarse a dormir con él en la casa parroquial, donde se daba el consumo indiscriminado, sobre todo de whisky, lo que culminaba siempre en situaciones o actos sexuales del cura con alguno de los chicos. Según el denunciante, el cura maltrataba a los adolescentes que no accedían a consumar el acto sexual con él.

También relata que vio claramente movimientos de índole sexual y escuchó jadeos cuando Lorenzo se introducía en una carpa en la bolsa de dormir de su "chico favorito" durante un campamento en Necochea. D. decidió cambiarse de carpa, pero el sacerdote lo obligó a volver, enfurecido.

Según el testigo, Lorenzo usaba micros del Servicio Penitenciario para trasladar a los chicos a los campamentos donde abusaba de ellos.

"Estamos entrando en una zona donde hay testimonios de chicos que estuvieron en situación de calle, pero también de comerciantes, hijos de profesionales y funcionarios judiciales. Aparecen víctimas de clase media y clase media alta", señala Juan Pablo Gallego, abogado de una de las querellas.

"Las víctimas son contactadas por sacerdotes que les dicen que 'hay preocupación, quieren hablar con vos' y les comunican que tal vez serán llamadas por el abogado de Lorenzo. Al algunos los llama el mismo acusado", revela Gallego, que también interpreta que hay una voluntad por parte del arzobispado de que todo permanezca oculto. Por las amenazas y los ofrecimientos de dinero, el abogado asegura que la causa le recuerda "lo que sucedía en Morón durante el proceso a Julio Grassi".