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Se maquilló con la brocha de una amiga, estaba infectada y terminó en silla de ruedas

Jo Gilchrist contrajo una extraña variedad de estafilococo que le causó un daño grave en la columna vertebral. Según los médicos, es probable que no vuelva a caminar.

20/08/2019

Una madre australiana de 27 años terminó en silla de ruedas por el motivo menos pensado: maquillarse con la brocha de su mejor amiga. El elemento estaba infectado con un tipo de estafilococo que se diseminó por su organismo y dañó severamente su columna vertebral. La joven, llamada Jo Gilchrist, se encuentra internada desde febrero en el Hospital Princess Alexandra, en Brisbane, donde los médicos todavía luchan por eliminar la bacteria de su cuerpo.

El calvario de Gilchrist empezó con lo que ella creyó que era un simple dolor de espalda. "El día de San Valentín sentí una pequeña molestia lumbar y pensé que era consecuencia de mi mala postura, pero luego comenzó a empeorar cada vez más", dijo la mujer al Daily Mail Australia, y agregó: "Sinceramente, pensé que iba a morir. Llegó a ser peor que el dolor del parto de mi hijo".

Preocupada, la joven se dirigió a un hospital de Warwick -su ciudad natal-, donde quedó internada. Sin embargo, a los médicos les llevó mucho tiempo determinar el origen de su mal. Con el correr de los días, su cuerpo comenzó a entumecerse y perdió la sensación en las piernas.

"Dijeron que (el entumecimiento) subiría hasta mis brazos y me llegaría al pecho, y cuando eso sucediera, me tendrían que poner en coma inducido y tendría que aprender a respirar nuevamente", contó Gilchrist, que ante la gravedad del cuadro fue trasladada en avión al Hospital Princess Alexandra, donde se sometió a una cirugía de emergencia. Al despertar, los doctores le informaron que había contraído MRSA, una forma de estafilococo dorado resistente a los antibióticos.

De acuerdo con los especialistas, la fuente de contagio fue la brocha de maquillaje que la joven le había pedido prestada a su mejor amiga días atrás para cubrir una imperfección en su rostro. "Ella tenía una infección por estafilococo en la cara y la había usado justo antes. Jamás imaginé que algo así pudiera suceder; solíamos compartir los utensilios todo el tiempo. Ahora ella se siente horrible, pero no es su culpa", manifestó Gilchrist.

Tras evaluar el daño que la infección había producido en su columna vertebral, los médicos afirmaron que Gilchrist pasaría el resto de sus días en una silla de ruedas. Sin embargo, ella no pierde las esperanzas de revertir ese pronóstico. "Estoy empezando a aprender a caminar de nuevo. Hace dos semanas me dijeron que tal vez pueda hacerlo una o dos horas al día, suficiente para ir de compras, lavar los platos o colgar la ropa. Estoy feliz con eso", expresó.

A pesar de sus planes futuros, lo cierto es que Gilchrist deberá permanecer internada otros tres meses en el hospital. Allí, los doctores todavía le administran potentes antibióticos para eliminar la infección de su cuerpo en su totalidad."Tuve suerte de que solo me halla llegado a la columna vertebral. Si me hubiese atacado el cerebro habría muerto, y si hubiera ido hacia mis brazos, me los habrían amputado", afirmó la joven.