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Opinión y Actualidad

Las mil y una conjeturas sobre el futuro de Roberto Lavagna

El economista asegura que está en la carrera electoral y descarta de plano ser ministro de Economía de Alberto Fernández.

14/09/2019

A los pocos días de realizadas las PASO, cuando todavía el Gobierno intentaba digerir la abultada ventaja que Alberto Fernández le sacó a Mauricio Macri , circuló en las propias filas del oficialismo la idea de que, perdido por perdido, el presidente de la Nación podría resignar su candidatura e invitar a su electorado a votar por Roberto Lavagna, el tercer postulante en discordia que obtuvo el 8,4% de los sufragios. Nadie en el macrismo volvió a hablar de este asunto hasta hoy.

Casi al mismo tiempo, el candidato presidencial del Frente de Todos declaró públicamente que le complacería contar con Lavagna como funcionario. Bastante antes de las PASO, Sergio Massa invitaba al electorado del exministro de Economía de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner a apoyar su propia propuesta, por cuanto Lavagna terminaría siendo convocado para un cargo relevante por el eventual gobierno del que el dirigente de Tigre formaría parte.

Lavagna califica todas esas elucubraciones como "tonterías" e insiste en que si está en esta carrera electoral es porque solo busca ser presidente de los argentinos. Descarta de plano ser ministro de Economía de Alberto Fernández, al tiempo que sus allegados aseguran que "proponerlo a Roberto como ministro es no conocerlo", porque "él ya fue ministro y, a los 77 años, está en otra etapa". También expresaron su molestia con los gestos de Massa, a los que más que como un elogio, califican como una "agresión", porque "apuntaron a robarles votos".

A quienes acompañan al extitular del Palacio de Hacienda entre 2002 y 2005, en cambio, no les desagradaría en lo más mínimo que Macri abandonase su candidatura presidencial, por cuanto suponen que la gran mayoría de sus votantes optarían en octubre por la opción que ofrecen Lavagna y Juan Manuel Urtubey . Pero ninguno de ellos está considerando seriamente en esa posibilidad por el momento.

De cualquier manera, admiten que, aun cuando Lavagna no contemple la alternativa de ser ministro de nadie, "cualquiera que llegue a la Presidencia de la Nación encontrará en él a alguien dispuesto a brindar su consejo y a colaborar con el país".

En tal sentido, debe recordarse que uno de los puntos medulares de la plataforma electoral de Lavagna es la constitución de un Consejo para el Desarrollo Económico y Social. Se trataría de un órgano colegiado, con participación ciudadana, orientado a la búsqueda de consensos en torno al desarrollo del país.

De acuerdo con el proyecto de ley inspirado por Lavagna y presentado por legisladores cercanos a él, el objetivo general del Consejo sería constituirse en un ámbito de diálogo abierto y generación de consensos estratégicos de políticas públicas. Entre otros propósitos más específicos, contemplaría la creación de un espacio de participación y debate ciudadano, a través del cual se canalicen inquietudes, problemáticas y propuestas de los diversos actores del mundo productivo, social y político del país; la generación de un espacio de cooperación entre los sectores económicos y sociales, y la búsqueda de soluciones para promover el desarrollo y la sustentabilidad económica, la mejora del bienestar de la población, y la mayor integración y equidad social.

Igualmente, el Consejo podría elevar proyectos de ley sobre temas económicos y emitir opinión sobre iniciativas legales y decretos, antes de su sanción por el Congreso o su dictado por el Poder Ejecutivo.

No faltan quienes ven en esta idea el antecedente del Consejo Económico y Social creado, allá por 1958, por el presidente francés Charles De Gaulle y liderado por el economista Jacques Rueff, que impuso una serie de medidas económicas que sacaron a Francia de una severa crisis.

¿Podría Lavagna ocupar un lugar en un hipotético Consejo Económico y Social durante una también hipotética presidencia de Alberto Fernández? No es algo descartable.

Lo cierto es que, más allá de cualquier conjetura en torno a un futuro gobierno, Lavagna tiene previsto retomar con fuerza su campaña electoral en estas horas. Sus estrategas apuntan a que crezca a expensas de Macri y también de Fernández. El mensaje que tratarán de imponer es que "Macri ya perdió" y que la única opción frente al kirchnerismo está dada por Consenso Federal.

¿Cómo será su campaña proselitista? "No podemos mostrar un Lavagna que no existe. Exhibiremos un Lavagna clásico, un hombre de diálogo, capaz de encarnar un proyecto de unidad nacional y de resolver los problemas económicos del país", explica uno de sus dirigentes de mayor confianza.

El próximo paso del candidato presidencial de Consenso Federal será recorrer el Gran Buenos Aires, especialmente la primera y la tercera secciones electorales, que según sus asesores, Lavagna prefirió no caminar mucho antes de las PASO para no interferir en distritos donde su coalición política tuvo que definir contiendas municipales. Entre esos partidos bonaerenses donde se definieron candidatos locales en las primarias abiertas figuran La Matanza, Lomas de Zamora, Quilmes, Morón, Vicente López, Tigre y Tres de Febrero. Más tarde, se concentrará en lugares del interior bonaerense y en provincias como Córdoba, Mendoza y las del norte.

El tiempo dirá si tendrá chances de crecer o si terminará más absorbido que en las PASO por una polarización entre el kirchnerismo y el macrismo. Pero aún en esta última hipótesis, no faltan quienes piensan que podría haber futuro para Lavagna en un gobierno que no lo tenga como jefe del Estado.

La posibilidad de que ocupe un lugar en un Consejo Económico y Social que pueda crearse en un eventual gobierno de Alberto Fernández no debería desecharse. Tanto el candidato del Frente de Todos como él han coincidido en la necesidad de "poner plata en el bolsillo de la gente". Suena como una propuesta voluntarista. Pero cerca de Lavagna afirman que una diferencia entre ambos postulantes es que Lavagna sí sabe cómo hacerlo.

Por Fernando Laborda para el diario La Nación.