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Vinculan un hongo con el cáncer de páncreas

Un nuevo estudio encontró que ciertos hongos pueden asentarse en el páncreas, donde estimulan el crecimiento de tumores.

21/10/2019

En el cuerpo humano pululan las bacterias. Unos 100 millones de millones de ellas viven en la piel, la boca y los intestinos. Algunas protegen contra infecciones y ayudan a digerir la comida, mientras que otras pueden causar serias enfermedades. El cuerpo también es hogar de hongos, virus y protozoarios. Los residentes fúngicos son menos numerosos que las bacterias, pero, como están descubriendo los investigadores, estos organismos juegan un importante papel fisiológico. Cuando cambian sus números, pueden modificar el sistema inmunológico e incluso influir en el desarrollo del cáncer.

Un estudio nuevo, publicado en la revista Nature, encontró que los hongos pueden llegar hasta el páncreas, que secreta enzimas digestivas al intestino delgado. En los ratones y pacientes humanos con cáncer del páncreas, el hongo prolifera por un factor de 3 mil en comparación con tejido sano —y un hongo en particular podría hacer crecer los tumores pancreáticos.

George Miller, oncólogo en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York, quien encabezó el estudio, y su equipo, alimentaron ratones con una especie de levadura de cerveza que estaba marcada con una proteína de color verde fluorescente. El marcador reveló que la levadura se había movido del tracto digestivo al páncreas en cuestión de minutos.

Un hongo era el que más abundaba: un género de Basidiomycota llamado Malassezia, hallado en la piel y cuero cabelludo de animales y humanos, y que puede causar irritación dérmica y caspa. Unos cuantos estudios han vinculado la levadura con enfermedades inflamatorias intestinales, pero el hallazgo nuevo es el primero en vincularlo con el cáncer.

Los resultados muestran que Malassezia no sólo abundaba en los ratones que desarrollaron tumores pancreáticos, sino que también estaba presente en números extremadamente altos en muestras de pacientes de cáncer del páncreas.

Administrar un medicamento antifúngico eliminó el hongo en los ratones y evitó que se desarrollaran tumores. Y cuando los ratones tratados recibieron la levadura de nuevo, sus tumores empezaron nuevamente a crecer —indicador de que las células fúngicas impulsaban el crecimiento de los tumores.

Hay un creciente consenso científico de que los factores en un “microambiente” de un tumor son tan importantes como los factores genéticos impulsando su crecimiento. El tejido saludable circundante, las células inmunes, el colágeno y demás fibras sosteniendo al tumor, así como los vasos sanguíneos que lo alimentan, ayudan a apoyar o prevenir el crecimiento del cáncer.

La población fúngica en el páncreas podría ser un buen biomarcador para quien está en riesgo de desarrollar cáncer, así como un blanco potencial para tratamientos futuros.

“Esta es una oportunidad enorme para la intervención y prevención, que es algo que realmente no tenemos en el caso del cáncer de páncreas”, dijo Christine Iacobuzio-Donahue, investigadora del cáncer en el Hospital Memorial Sloan Kettering, en Nueva York.

Casi 57 mil personas serán diagnosticadas con cáncer de páncreas este año en Estados Unidos, pero su pronóstico no será muy alentador. Tres cuartas partes de ellas mueren en el curso de un año del diagnóstico y sólo alrededor de 1 de cada 10 sobrevivirá más de 5 años.