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Regionales

Un violento motín en Salta enfrentó a 87 detenidos con la policía

Los 87 detenidos lucharon en la madrugada contra la policía y entre sí. Sin luz la batalla fue brutal, dijeron los vecinos.

23/10/2019

Un violentísimo motín con disparos, fuego y oscuridad se desató en la madrugada de ayer cuando 87 presos comunes encerrados en menos de 40 metros cuadrados decidieron fugarse a cualquier precio.

El hacinamiento que se produce en la comisaría 42 fue la causa de la revuelta.

La comisaría cárcel está ubicada en pleno centro de Tartagal, allí la Justicia aloja actualmente a 87 detenidos en un lugar con capacidad para 30 y la consabida falta de personal.

La refriega, según explicó el jefe de la mencionada comisaría, Carlos Guanca, se inició alrededor de la 1 de la mañana de ayer cuando un policía que se encontraba de guardia escuchó ruidos extraños en una de las alas del edificio ubicado entre las calles España y Belgrano. "Cuando un efectivo estaba haciendo una recorrida escuchó que estaban aserrando la reja de una de las ventanas de las celdas. En forma inmediata solicitaron apoyo del personal de infantería y de otras dependencias", refirió el jefe policial .

Cuando los efectivos comprobaron quiénes eran los detenidos que estaban llevando a cabo esta maniobra, se los retiró a un pequeño patio con el que cuenta la comisaría con el objeto de hacer una requisa dentro de los calabozos, ocasión que el resto de los reclusos aprovechó para comenzar a generar disturbios y hasta provocar la quema de colchones y el corte de energía eléctrica dentro de todo el edificio, con la clara intención de superar a los efectivos y darse a la fuga.

"El personal solicitó más refuerzos y la autobomba porque se necesitaba sofocar el fuego, pero también impedir que otros detenidos que habían logrado romper el seguro de otra celda se dieran a la fuga. La situación se controló pasadas las 4.30 de la mañana, pero arrojó como resultado heridos de las dos partes que fueron trasladados al hospital Juan Domingo Perón".

El alarma surgió cuando vecinos denunciaron que escucharon numerosas detonaciones de armas de fuego en la madrugada. Los estallidos alarmaron a los vecinos de alrededor en la madrugada y la noticia se disparó hacia los familiares de los presos.

La policía aseguró que 33 reos de una población de 87 tenían planificado escapar.

Tras apaciguar el motín, centenares de familiares de los reclusos esperaban noticias sobre su estado de salud.

Según la policía, "el motín se produjo cuando fueron separados de los calabozos los 33 presos que intentaban arrancar una ventana y al iniciar la requisa otro grupo se rebeló y conminó al resto de los detenidos a una causa común, llegando a incendiar los colchones y a destrozar todo a su paso, incluso agredieron a los otros detenidos que no se plegaron a ellos", relató el comisario Guanca.

Todos los cabecillas de la rebelión tienen domicilio en Tartagal y permanecen detenidos y a disposición del juez a cargo.

Llamó la atención que la indisciplina fue severamente reprimida, pero no así la causa que la motiva: la inhumanidad de la vida allí.