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Marzo de 2024
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País

Cristina Kirchner vuelve a ser presidenta por el viaje de Alberto Fernández a Israel

Este mediodía firmó el traspaso que la dejará como mandataria interina. No tiene agenda confirmada, pero afirman que mantendrá un perfil bajo y no aprobará decretos.

21/01/2020

Una de las primeras cosas que hizo el presidente Alberto Fernández esta mañana fue hablar con Cristina Kirchner. Habitualmente lo hacen, y no fue una novedad que volvieran a hacerlo. Pero la comunicación, en este caso, tuvo como eje el viaje que el mandatario emprende hoy hacia Israel y la tarea que tendrá su vicepresidenta hasta su regreso el sábado por la mañana: 1565 días después de haber dejado el poder el 9 de diciembre del 2015, vuelve a ejercer -de manera interina- el rol de Jefe de Estado.

El traspaso de mando temporal, un simple acto administrativo que se repetirá ante cada viaje oficial del mandatario al exterior, quedó registrado en esta oportunidad con foto y con video. Así, Cristina Kirchner firmó el acta correspondiente en su oficina del Instituto Patria, hasta donde se trasladó especialmente el escribano general de Gobierno.

Alberto Fernández, en tanto, antes de partir se tomó el trabajo de firmar la mayoría de las designaciones y decisiones importantes que se publicaron en el Boletín Oficial de esta mañana. Cada designación, incluso de rango menor, pasa por las manos del Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y también por las suyas. Es, según dijo el Presidente, una obsesión que tiene para mantener el equilibrio en el reparto de cargos puertas adentro de la heterogénea coalición del Frente de Todos.

No firmó, en cambio, el llamado a sesiones extraordinarias, pero dio instrucciones a la Secretaría de Legal y Técnica para que el decreto esté listo la semana próxima, de manera que Fernández lo pueda firmar a su regreso de Israel y antes de partir nuevamente en viaje, en este caso para su audiencia con el papa Francisco en el Vaticano. Esa resolución, con el temario para extraordinarias, se publicará en el Boletín Oficial recién la semana próxima.

En ese marco, Cristina Kirchner no tendría decretos pendientes para resolver entre esta tarde y el sábado, cuando está previsto el regreso del Presidente.

La vicepresidenta tiene reuniones a diario desde su último regreso de un nuevo viaje a Cuba, donde permaneció dos semanas acompañando a su hija Florencia. Todas las reuniones las ha mantenido en reserva.

Sus allegados prefieren no difundir cuáles serán sus actividad durante los cuatro días en los que estará a cargo de la Presidencia, aunque aseguraron que no pisará la Casa Rosada.

A pesar de que fue una costumbre histórica que los vicepresidentes tuvieran despacho en Balcarce 50, ella no quiso tenerlo y sólo regresó a la Casa de Gobierno el 10 de diciembre para compartir escenario en la Plaza de Mayo con Alberto Fernández en el festival organizado a modo de celebración.

CFK ocupa el despacho de presidente del Senado de la Nación, tiene oficina en el primer piso del Instituto Patria y también mantiene algunas reuniones en su departamento de Recoleta e incluso en el de su hija Florencia, donde suele quedarse para cuidar a su nieta Helena.

Alberto Fernández viajará a Israel en un vuelo de Alitalia con horario de salida de Ezeiza 14.05. Hará escala en Roma y luego volará a Jerusalén, donde mantendrá una cena con 40 líderes mundiales en el marco del Foro Internacional de Líderes en Conmemoración del Día Internacional de Recordación del Holocausto y la Lucha contra el Antisemitismo. Para recordar a las víctimas habrá una ceremonia en el Museo de Yad Vashem en la ciudad de Jerusalén el jueves 23, en el marco de los 75 años de la liberación de Auschwitz.

El presidente y su vice analizaron la conveniencia estratégica de hacer un gesto hacia Israel. Durante la campaña, Alberto Fernández prefirió viajar a Europa y visitó algunos países de la región. Este primer viaje, ya como Presidente, es un gesto hacia la política internacional. Aunque son evidentes sus preferencias, ha insistido en que su vínculo con el mundo será, como hacia el interior, sin grietas. Es, al menos, la promesa del nuevo gobierno.